No obstante, defendió la necesidad urgente de aplicar el plan de recuperación económica de 775.000 millones de dólares y prometió que vigilará con atención lo que se hace con ese dinero, en un intento por calmar las críticas de quienes piensan, desde el Partido Republicano, que el paquete es muy costoso. "No podremos esperar que el pueblo americano apoye este esfuerzo a menos que las inversiones se hagan y se gestionen con sabiduría", advirtió.

Como ejemplo, aseguró que prohibirá que se incluyan en el paquete de recuperación económica y reinversión --cuya aprobación ha pedido al Congreso para este mes-- los llamados 'earmarks', es decir, la asignación de fondos a proyectos que presentan los diputados sin que se compruebe si lo merecen.

"Estableceremos un nuevo y más alto nivel de responsabilidad, transparencia y supervisión", subrayó el mandatario. "Vamos a prohibir todos los 'earmarks', el proceso por el cual miembros individuales insertan proyectos sin que se revisen", agregó.

"Vamos a dejar de hablar de reforma gubernamental y vamos a empezar a ejecutarla", manifestó Obama ante los medios de comunicación tras reunirse con sus principales asesores económicos. "Estamos preparados para el reto", destacó.

Asimismo, el presidente electo indicó que creará una Junta de Supervisión de la Recuperación Económica y que publicará en Internet la información sobre todos los gastos del Gobierno de forma que la gente pueda consultarla fácilmente.