Nyesa Valores está recuperando con fuerza en las últimas sesiones. Tanto es así que desde el 23 de febrero hay dos pautas claramente diferenciadas para el valor. Una de ellas, claramente negativa que le llevaba al desplome ese mismo día con caídas que rozaban el 21% a cuenta de su ampliación de capital, con la entrada en circulación de las nuevas acciones. Además, se trató de una caída más que significativa que representaba la de mayor cuantía que azotaba al valor desde junio de 2020.
Esas ampliaciones dos en concreto por importe de 60 millones de euros dieron entrada a Banco Sabadell capitalizando parte de su deuda hasta el 3,9% que ahora posee como sexto accionista de Nyesa en estos momentos, desde el pasado 27 de diciembre con 238,4 millones de acciones directas de la compañía.
En concreto la segunda por valor de 51,3 millones de euros a causa de la compensación de créditos concursales. La primera está relacionada con su mayor patrimonio, la de la gaditana Torre de Hércules por un montante de 8,7 millones de euros. Ahora el capital social de la compañía alcanza los 91,83 millones, en camino, según la empresa de reestablecer su equilibrio patrimonial.
La segunda caída, el día de la guerra, superó el 5,88% aderezada días después a principios de marzo, con recortes superiores al 22% en tres sesiones consecutivas para el valor, que le llevaron a la cola del Mercado Continuo. A partir de ahí, todo avances, con rebote como señalaba, en toda regla y hasta ocho sesiones positivas, de las nueve transcurridas, al cierre.
Todo ello compone un avance que sirve para desvincularle de lo peor del año en la bolsa española, aunque mantiene caídas anuales del 22,7% y que suponen un recorte de casi el 21% en las últimas 20 sesiones cotizadas, aunque se aleja de los mínimos del año.
En cuanto a su posición en Rusia, tras la presentación de los resultados el consejo de Administración, tras el estallido de la guerra el pasado día 28 de febrero “valoró la situación derivada del conflicto bélico en el que está inmerso Rusia, país en el que el Grupo Nyesa tiene presencia a través de su filial Marma. En este entorno, el Consejo de Administración ha determinado que, a la fecha de formulación de los presentes Estados financieros Consolidados, la exposición del Grupo sobre las inversiones inmobiliarias ubicadas en Moscú asciende a 9. 798 miles de euros, afectas por los riesgos de tipo de cambio y riesgo país que pueda dimanarse de dicho conflicto”.
La compañía considera que hay tres factores que están propiciando la caída del valor. Uno de ellos, relacionado con la situación en el país tras la guerra, otra el efecto pandemia y la tercera la fase de salida en la que se encuentra de concurso de acreedores, donde permanece desde 2011.
Recordar además que sus resultados al cierre del pasado ejercicio marcaron un beneficio neto de 9,8 millones de euros, frente a las pérdidas del año anterior. Con facturación de 2,9 millones de euros, un 70% menor, pero su Ebitda, su resultado bruto de explotación redujo pérdidas hasta los 4,5 millones desde los 7,5 millones de 2020. La compañía reconoce el efecto negativo de la Covid-19 en sus cuentas, con caída del ritmo de ventas y márgenes comerciales, así como del ritmo de formalización de contratos de arrendamientos.
En cuanto a los indicadores técnicos que elabora Estrategias de Inversión, vemos que Nyesa mantiene la tendencia bajista, pero mejora un punto en su valoración, aunque apenas alcanza los 1,5 puntos totales de los 10 posibles para el valor.
En la parte positiva se encuentra el volumen de negocio de Nyesa a medio plazo que es creciente, así como la volatilidad a largo plazo que es decreciente, el resto, la tendencia bajista a medio y largo plazo, el momento total, lento y rápido negativo para el valor, así como el volumen de negocio a largo plazo que es decreciente y la volatilidad a medio plazo que se mantiene creciente.
