Moody's da por cerrado el proceso de revisión del ráting de la banca británica con el recorte de calificación de doce bancos, por el menor apoyo público que recibirían en caso de problemas.

La agencia de calificación inició el pasado 24 de mayo una revisión de su juicio sobre las entidades financieras británicas, al considerar que el apoyo estatal que recibiría la banca en caso de necesitarlo ha disminuido. Las rebajas de calificación que ha generado este proceso, por lo tanto, no dependen de un empeoramiento de la situación de estas entidades, según reconoce la propia agencia.

De hecho, algunos de los bancos que han visto reducida la calificación de la deuda y los depósitos, han contado con una mejora del ráting de fortaleza financiera.

Moody's cree que, de ahora en adelante, tan sólo los bancos más grandes y de importancia sistémica recibirían ayudas públicas en caso de necesitarla, y aún así el apoyo no está tan descontado. A estas entidades, entre las que se encuentra Santander UK, filial del grupo español Santander, la agencia ha reducido los puntos que les asignaba por contar con el soporte del Estado.

Para otras siete entidades, de pequeñas dimensiones y sin implicaciones sistémicas, la mejora de ráting que suponía este apoyo ha desaparecido por completo.

Moody's considera que, en la situación actual, la banca británica se divide en tres grupos. En el primero, se incluyen las entidades más grandes y que, por el tipo de negocio, tienen un riesgo sistémico elevado.