En la rueda de prensa que siguió a su encuentro en Berlín con el primer ministro holandés, Mark Rutte, Merkel recalcó que la intervención del FEEF debe ser una opción secundaria, ya que lo mejor sería que los propios bancos fuesen capaces de captar fondos "por su cuenta" o, en su defecto, que los gobierno nacionales se hiciesen cargo de sus necesidades de recapitalización.

Sólo si fallan estos dos primeros mecanismos, podría recurrirse al Fondo Europeo de Estabilización Financiera, algo que precisaría de cierta "condicionalidad", ya que a los estados afectados se les exigirían "reformas estructurales" como requisito previo a la intervención.

Sobre la necesidad de que ciertas entidades financieras europeas con bonos soberanos sean recapitalizadas, Merkel volvió plantear, tal y como ha señalado en los últimos días, que el análisis y la observación de la situación de los bancos sea llevada a cabo por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), la responsable de los test de resistencia.

"Escucharemos atentamente las recomendaciones de los expertos", afirmó la canciller, que antes de recibir a Rutte se entrevistó con el primer ministro luxemburgués y jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, aunque sin rueda de prensa posterior.