Esta es la doble pregunta que ha revoloteado sobre los inversores en el día de ayer, acompañada de fuertes caídas del IBEX y de los bancos en particular. Pues bien, yo les ofrezco un poco de luz… pero primero un poco de perspectiva.

Los activos de riesgo y la renta variable en particular llevan un buen año de rentabilidad y las perspectivas para el corto o medio plazo son razonablemente positivas. ¿Se ha vuelto loco? espetarán algunos. Sin embargo, los datos son concluyentes. El conjunto de todos los fondos de inversión de bolsa, registrados a la venta en España (más de 2.500 según la base de datos de Lipper), en lo que va de año acumulan una rentabilidad media en euros algo superior al 9%. A poco que el tradicional rally navideño acompañe podríamos terminar 2010 con una rentabilidad media positiva de doble dígito.

Más allá de estos datos históricos reales, las perspectivas tampoco son malas. Si bien en mi opinión nos encontramos en un mercado bursátil secular (de largo plazo) bajista, iniciado en el año 2000 y que podría durar hasta el final de la presente década, en estos momentos habríamos entrado en la tercera fase de un ciclo de medio plazo alcista, iniciado en marzo del año pasado y que podría durar uno o dos años más. Sin entrar en los detalles (quizás en otro artículo) les apunto brevemente dos razones que soportarían dicho escenario.

PER del S&P 500 y Tipos de Interés de largo plazo desde 1881 hasta el presente


Fuente: Robert Schiller, Departamento de Economía de la Universidad de Yale


La primera es puramente macroeconómica. Los últimos indicadores económicos de los principales países desarrollados han dejado atrás los débiles guarismos del verano para en las últimas semanas consolidar un escenario de continuación (o ligera aceleración) de la expansión económica global para los próximos trimestres. En dicho escenario la historia nos dice que los índices bursátiles encuentran cobijo.

La segunda es de valoraciones. Desde prácticamente cualquier indicador o punto de vista que se mire (valoraciones relativas con la renta fija, PER histórico, beneficios empresariales, caja en los balances, etc.), la bolsa sigue apareciendo moderadamente atractiva. Incluso ha comenzado a emerger evidencia de que el crédito (el gran ausente de esta recuperación) está comenzando a fluir con mayor alegría hacia las corporaciones.

Todo esto está muy bien dirán algunos pero el problema aquí es España. Antes de entrar en el meollo de esta cuestión un pequeño inciso: diversifiquen sus carteras. En nuestras carteras de fondos el porcentaje de acciones españolas es muy reducido, como es lógico si pensamos que las inversiones hoy en día se deben mirar desde un punto de vista global.

No voy a especular demasiado con la posibilidad de que España tenga que terminar pidiendo un rescate o no. Mi opinión es que quizás no y que si lo terminara haciendo sería por aquello que en la vida y los mercados se conoce como “profecía auto cumplida”. Lo importante es reconocer el problema - que no es otro que tenemos un nivel de endeudamiento privado (que no público) muy elevado que está frenando nuestro crecimiento potencial en los últimos trimestres y que probablemente lo va a seguir haciendo en los próximos pero no de manera eterna. Mientras que todos nuestros socios europeos y países del G20 se encuentran en expansión, que va desde moderada a destacada (emergentes), España muestra los perores registros de todos ellos.

Dicho esto, la recesión la estamos dejando atrás y nuestro sector corporativo cotizado, incluyendo los principales bancos, sigue mostrando trimestre tras trimestre buenos resultados tanto absolutos como relativos. Lo que tenemos que hacer es crecer (a ritmos de alrededor del 0,5% inter trimestral como nuestros socios) y muchos de los males que nos acechan en estos momentos se irán desvaneciendo. Mientras monitorizamos estrechamente esta posibilidad, la cuestión para muchos inversores españoles es si el IBEX 35 en 10.000 puntos, o mejor, Santander y BBVA en ocho euros, Banco Popular en 4 euros, Telefónica en 17 euros, Repsol en 19 euros, etc. son caros en estos momentos. Yo defiendo que no y como decía Oscar Wilde una cosa es el precio y otra el valor de las cosas. Robert Schiller, profesor de Yale y creador de los famosos gráficos del ratio PER (ver arriba), afirmaba en su libro “Exuberancia Irracional” (¿les suena?) que la emoción determina a menudo el precio de las acciones en bolsa, dando como resultado precios mucho más bajos o mucho más altos que su valor real.

Santander: Cotización y volumen últimos diez años


Fuente: Thomson Reuters

No es imposible un escenario de pánico para los próximos días, semanas o meses en que el desligamiento de la bolsa española se intensificara y nuestro IBEX se viniera abajo perforando con claridad la resistencia de los 9.800 puntos. Como se deduce del título de este artículo ello debiera ser visto por los inversores más como una oportunidad que como una amenaza.

Juan Manuel Vicente Casadevall, EAFI
Socio Director