Desde el 12 de enero, los especuladores sobre activos europeos están fuera del mercado, permitiendo que la euforia se desate. De esta manera se demuestra que, en ausencia de noticias, todo tiende a subir por simple inercia.
 
El diferencial entre el DAX y el IBEX durante las últimas 4 semanas ha subido en paralelo a la disminución del Spread de deuda entre el Bono Español y el Bund alemán. El IBEX ha subido 1.200 puntos básicos más que el DAX (hasta sumar un 11% de revalorización en lo que va de año, por el 3% del segundo), mientras que el Spread entre ambos bonos se ha reducido en unos 100 puntos. Y todo ello sin que nada especial acontezca, pues la dinámica del Fondo Europeo de Rescate sigue siendo exactamente la misma en términos cuantitativos y cualitativos, y la reforma de las Cajas de Ahorro ya estaba planteada desde finales de 2010, y sus detalles numéricos no han superado las expectativas en ningún caso. El otro factor a considerar a este respecto, las subastas de deuda, tampoco han supuesto nada nuevo en términos de alta demanda y rentabilidades que se ajustan a los spreads medios semanales. Así nos encontramos en la frontera de los 11.000 puntos, el día en que S&P rebaja el rating de Irlanda, y el Spread de su deuda mejora frente al alemán.
 
Otros parámetros utilizados para medir el ánimo coyuntural de los mercados, como el Euro y las materias primas, también se encuentran en inercia alcista. En este segundo grupo, el Oro se encuentra en un proceso de profunda corrección (-6% interanual), de la mano de la pérdida de interés por valores refugio y de las fuertes revalorizaciones del año pasado. Todo lo contrario ocurre  con el petróleo, que sube con fuerza desde noviembre, y que ha sufrido un nuevo empujón reciente de la mano de la crisis egipcia, con la posibilidad de cierre del Canal de Suez y las especulaciones de contagio hacia otros países de la zona. Así, en el caso de que el crudo siga subiendo, en el momento en que cambie el sentimiento de percepción de los mercados (cuyas consideraciones son muy efímeras), puede volver a  surgir el ajuste que se producía en el verano de 2008, cuando subidas del petróleo (que de la mano de la especulación estaba formando una burbuja), eran percibidas como un peligro real, y ocasionaban fuertes bajadas en las bolsas. Exactamente al contrario de lo que ocurre ahora, donde las subidas del crudo provocan revalorizaciones de las compañías petroleras, que contagian al resto de valores.
 
Estados Unidos permanece como un actor secundario, con la temporada de resultados empresariales en línea con la de los 7 trimestres anteriores (desde el Q1 del 2009), con el 70-80% de las empresas dando resultados por encima de lo esperado.