La sesión estuvo marcada por las protestas de los contrarios a la operación, que insistieron en que había que suspender el derecho de voto de 170 millones de títulos controlados por el grupo Fortis.

En la asamblea estuvieron representados 658 millones de acciones, equivalentes al 26,15 por ciento del capital de Fortis.

Para dar vía libre a la operación de venta a BNP sólo falta que se pronuncien los accionistas holandeses de Fortis, que lo harán mañana en Utrecht (Holanda).

Si, como es previsible, la asamblea de Utrecht también se cierra con un voto favorable, podrá darse por concluida la crisis de Fortis, que ha pasado de ser uno de los grandes grupos financieros europeos a ser nacionalizado, troceado y vendido.

Después de la intervención de los tres gobiernos del Benelux, a finales de septiembre de 2008, para salvar a Fortis de la quiebra, se produjo la compra de todo el negocio holandés por parte de Holanda y luego la nacionalización de las actividades en Bélgica.

El Gobierno belga llegó a un primer acuerdo para vender a BNP Paribas la mayor parte del negocio, pero los accionistas -que sólo fueron consultados después de que lo dictaminara la justicia- lo rechazaron.

Tras hacer algunas modificaciones a las condiciones de la venta, el pacto fue hoy de nuevo sometido al voto de los accionistas y, pese a las protestas por permitir el voto de 170 millones de acciones controladas por la dirección del grupo, recibió el visto bueno definitivo.