Moody´s bajará inexorablemente la calificación crediticia a España, retirándole el grado de inversión. Así lo consideran los bancos, que han visto cómo después de presentar Oliver Wyman los resultados de los test de stress, la agencia ha dicho enseguida que “no es suficiente”, lo cual ha generado irritación en las propias entidades financieras. Mientras eso ocurre, Fitch se une a la corriente amable que lidera Standard & Poor´s y ofrece más tiempo al Gobierno antes de revisar su rating. En el lado opuesto, Egan Jones ya rebajó a bono basura el viernes, pero avisa que España tardará entre 5 y 10 años en crecer y deberá afrontar una quita del 50% de su deuda. Un escenario que roza lo apocalíptico.


La tensión sobre al recorte de Moody´s se palpaba en la Bolsa, que vivió una sesión de las habituales en la crisis cuando no hay tormenta: poca negociación y suaves ganancias. Calma chicha, pero muchísima cautela de fondo.


Sin embargo, la publicación de las necesidades de capitalización bancaria y los Presupuestos Generales de 2013 no convulsionaron las cotizaciones, algo que “debería ser valorado en su justa medida, ya que el viernes por la tarde no estaba nada clara la reacción de los inversores”, decía Jesús Sánchez Quiñones, director general de Renta 4.

Un poco de todo

El escenario que presentan ahora las agencias recoge casi todo el arco de opiniones. Standard & Poor´s se ha mostrado conciliadora con el Gobierno, reconociendo sus esfuerzos y castigando sólo a Cataluña por sus tensiones en materia de independentismo, bajándola a bono basura por esa cuestión, pero no por su déficit.

Ayer, Fitch indicó en la agencia Bloomberg que “vamos a dar una nueva oportunidad a España”, después de conocerse los resultados de los test de stress, señalando que no tocará la calificación sobre España en lo que queda de año. Fitch deja tiempo al Gobierno “para avanzar”, en unos momentos en los que el tiempo es una variable crucial. Esta agencia y S&P son, por tanto, el lado amable de la calificación.

Moody´s, sin embargo, avisó que aguardaría a Oliver Wyman para revisar su calificación y, aunque de momento no ha tomado medidas, su mensaje no ha sido tranquilizador: la cifra presentada por OW “podría ser insuficiente”, ya que estiman unas necesidades de capital de entre 70.000 y 105.000 millones de euros. Un recorte más y España perderá el grado de inversión por parte de esta firma, es decir, la deuda española será considerada ‘bono basura’ en los mercados. De todas formas, esta firma es experta en amenazar e ir dando tiempo a la vez, mientras observa qué pasa.

Demoledor

Pero no es el peor de los augurios. La agencia Egan Jones, cuya fama ha crecido en esta crisis debido a un modelo de negocio basado en que no cobra por parte del emisor, certificó a España como bono basura el pasado viernes, pero ayer, también en Bloomberg, su fundador Sean Egan realizó unas declaraciones demoledoras.

Por resumir, el experto financiero dijo que España precisará de una quita en su deuda del 50%; que el problema bancario es “intratable”, que la crisis bancaria y soberana española no se puede separar y, en definitiva, que España “tardará entre 5 y 10 años en volver a crecer”. Un apocalipsis económico en toda regla.

Así, la situación un tanto desquiciante. Desde un banco del Ibex que ha superado con éxito el examen de OW, declaraban que “no es de recibo que después de unos test controlados por la troika y realizados por un auditor independiente, aparezca en el acto una agencia diciendo que no les otorga credibilidad. Está telegrafiando que bajan al país a bono basura”. El propio presidente del BBVA, Francisco González, insistía en que los test han sido una prueba sin precedentes en la banca europea.

¿Qué puede ocurrir si pasa esto? Las consecuencias son imprevisibles. Pueden cerrarse totalmente los mercados mayoristas, dispararse la prima de riesgo y hundirse la Bolsa o tal vez el ‘efecto rescate’ pueda con todo.

No se acaba el mundo en bono basura”, indicaba un economista jefe de una entidad financiera. “Renault o Peugeot (PSA) lo son y siguen haciendo buenos coches”, decía. El experto prevé, más bien, que Moody´s intentará ser políticamente correcto, como S&P, “lanzando warnings como el de hoy, pero es posible que no se defina con el rating hasta dentro de un tiempo, cuando esté más clara la cuestión del rescate. Lo que espero es que no lo bajen una vez solicitado, como ocurrió con Portugal”.

Así están las cosas. Y, por si fuera poco, hoy se presenta en Madrid una nueva agencia de calificación: Axesor, que acaba de ser homologada por la European Securities and Markets Authority (ESMA). Mientras tanto, hay claro malestar entre los inversores, por la presión crediticia y la falta de posturas coincidentes. Una bajada a bono basura puede tener cosencuencias insospechadas para todas las grandes corporaciones españolas. Mientras algunas firmas certifican la quiebra de España como economía, otras echan paños calientes y aplauden las reformas del Gobierno.

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