La nueva dirección de La Seda ha heredado la complicada misión de reanimar una compañía que no cotiza en bolsa desde el mes de junio, contabilizó pérdidas de 565 millones de euros en 2008, arrastra una montaña de deuda de 877 millones de euros y su operativa diaria se encuentra atenazada por la escasez de circulante.

A continuación, planteamos los desafíos a los que se enfrentará próximamente la compañía catalana, en sus orígenes empresa textil, que estuvo a punto de desaparecer tras la salida de la multinacional holandesa Akzo  en la década de los 90, hecho que provocó una suspensión de sus títulos durante un periodo de cinco años, algo insólito en la bolsa española.

Posteriormente, se reinventó como fabricante líder de productos plásticos después de una fase de fuerte expansión que tuvo su punto álgido con la compra de numerosas empresas entre 2005 y 2007.

RENEGOCIAR LA DEUDA, VITAL PARA VIABILIDAD DE LA COMPAÑÍA

Uno de los escollos insalvables para la química catalana es rubricar un acuerdo antes del 4 de octubre con sus acreedores bancarios, a los que sucesivamente ha ido convenciendo de que no ejecuten anticipadamente un préstamo sindicado de unos 600 millones de euros de principal después de haber imcumplido una serie de ratios financieros.

La compañía intentará en ese lapso ampliar los vencimientos del préstamo, obtener una quita y capitalizar parte de sus astronómicas deudas.

Con la sensación en el mercado de que el timón de la compañía lo llevan los bancos, el grupo ha puesto en marcha un profundo plan de reestructuración que contempla entre otras cosas la venta de activos por 250-320 millones y un recorte de plantilla de 300 trabajadores.

Otra fecha relevante para el grupo es el vencimiento el próximo 30 de septiembre de un préstamo provisional de 104 millones concedido por Caixa Geral (accionista de La Seda con un 7,23 por ciento) hasta formalizar la financiación definitiva de la construcción de una planta en Sines, Portugal.

Entretanto, un salvavidas pasajero podría ser el lanzado desde el fondo estadounidense Oaktree Capital, que ha presentado una misteriosa propuesta de financiación sobre la que la catalana tomará una decisión próximamente. Según publicó el diario Expansión se trataría de un crédito a seis meses por 55 millones de euros para reducir las tensiones de caja. [ID:nL9691269]

AMPLIACIÓN TAMBIÉN CLAVE, LA PALABRA LA TIENE EL MERCADO

Si refinanciar la deuda es crítico, no es menos importante la acuciante necesidad de fondos para financiar el circulante y aquí la fórmula es conocida por los accionistas más veteranos de La Seda: una ampliación de capital, en este caso por 150 millones de euros, que tendría que ser autorizada en junta extraordinaria, posiblemente en este mes de septiembre.

Sin embargo, esta vez La Seda podría tenerlo más complicado que en ocasiones anteriores y el descuento a ofrecer tendría que ser lo suficientemente atrayente como para que los accionistas --tanto mayoritarios como minoritarios-- vuelvan a rascarse los bolsillos.

CRÉDITO DE PROVEEDORES E INSTITUCIONES, FLOTADORES A CORTO

La Seda tiene también deudas con los proveedores de las materias primas con las que fabrica botellas y otros envases de plástico, empresas con las que negocia calendarios de pago factibles y que se muestran reticentes a suministrar material a crédito.