El Ejecutivo comunitario afirma que tiene motivos para dudar de la legalidad de estas medidas, en especial, del periodo de referencia y la remuneración de las facilidades de crédito, así como del precio de compra de las actividades de ABN.

Fortis Holanda era una filial de Fortis Bank y el cuarto mayor banco del país cuando el Estado holandés adquirió la entidad y parte de las actividades de ABN-AMRO, recuerda la CE. Al conceder el Estado 10.000 millones de euros a Fortis Holanda, le permitió saldar su deuda con Fortis Bank y separarse de la entidad que atravesaba graves dificultades. La CE entiende que esta facilidad podría constituir una ayuda de estado a Fortis Holanda y potencialmente a ABN-AMRO.

Además, Bruselas teme que el interés que el Estado cargó a la entidad por el préstamo sea demasiado bajo y que los 6.500 millones de euros que pagó por las actividades de ABN se sitúen por encima del precio normal de mercado. La comisaria europea de la Competencia, Neelie Kroes, consideró que la intervención del Estado holandés para evitar la quiebra de la división de Fortis en su país fue justificada, ya que de lo contrario habría perturbado seriamente la economía holandesa.

Sin embargo, la CE tiene que asegurarse de que las medidas de rescate se limitaron al mínimo necesario y no supusieron una distorsión en la competencia del sector que cause problemas a los bancos de otros estados miembros.

El banco holandés ABN-AMRO fue comprado a finales de 2007 por un trío de entidades que incluía a Fortis, el español Santander y el británico Royal Bank of Scotland.