Sin esa solución, los bancos se ven obligados a incluir en sus balances los títulos tóxicos, con lo que se reduce el capital propio de los institutos y su capacidad de conceder créditos, dijo el también presidente del banco HSBC Trinkhaus & Burkhardt.

El Gobierno alemán estudia la posible creación de uno o varios "bad bank" para descargar a la banca de los fondos críticos, que, según los medios alemanes, alcanzan un volumen de entre 500.000 y 750.000 millones de euros.


Schmitz señaló en ese sentido que no es posible cuantificar con precisión por el momento el volumen de los títulos tóxicos, en su mayoría del sector inmobiliario, en poder de los institutos financieros germanos.

La canciller alemana, Angela Merkel, y miembros de su gabinete estudian junto con el presidente del Bundesbank, Axel Weber, y el jefe del fondo de rescate estatal SoFFin, Hannes Rehn, soluciones para aparcar los títulos tóxicos.