
Iberdrola ha llevado a cabo una reducción de su capital social por un total de 150,4 millones de euros, tras la amortización de 200,5 millones de acciones propias. Este movimiento se enmarca en la decisión tomada por la junta general de accionistas en mayo.
La reducción de capital social de Iberdrola se materializó con la amortización de 200.561.000 acciones propias al cierre del mercado de este lunes. Tras esta operación, el capital social de la compañía se ha visto disminuido en 150.420.750 euros, estableciendo el nuevo capital en 4.680.000.000 euros. Este valor corresponde a un total de 6.240.000.000 acciones en circulación después de la ejecución de la reducción.
La reducción de capital llevada a cabo por Iberdrola tiene como objetivo principal la amortización de acciones propias, con el fin de contribuir a su política de remuneración al accionista. Es importante destacar que esta acción no ha implicado la devolución de aportaciones, dado que las acciones amortizadas eran propiedad de la propia empresa.
La operación se ha financiado a través de reservas de libre disposición, creando una reserva por capital amortizado por un importe equivalente al valor nominal de las acciones que han sido amortizadas. Esta reserva solo podrá ser utilizada cumpliendo los mismos requisitos exigidos para la reducción de capital social.
En los próximos días, se llevará a cabo la formalización de la reducción de capital y la modificación de los estatutos sociales mediante la firma de una escritura pública. Este documento será inscrito en el Registro Mercantil de Vizcaya para su debida legalización.
Además, la compañía tiene previsto solicitar la exclusión de negociación de las 200.561.000 acciones que han sido amortizadas en las Bolsas de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia a través del Mercado Continuo, como parte de los procesos habituales posteriores a una operación de este tipo.

