A esto se añaden los efectos secundarios, como el reajuste de plantilla en British Airways, los sorpresivos cambios en la cúpula de la compañía y por supuesto el Brexit duro cada vez más cerca.
IAG vuelve a protagonizar una y otra vez el día de la marmota. Como ocurría en la película “ Atrapado en el tiempo “. Acaba de cerrar con éxito su ampliación de capital para reforzar su balance, pero tras el oasis de ganancias en la primera semana completa de octubre, el valor ha vuelto a la realidad: ser el peor del selectivo en lo que va de año con pérdidas superiores a las tres cuartas partes de su precio.
La segunda ola del coronavirus se recrudece y vuelve a impactar en el valor como hemos comprobado la pasada semana: con pérdidas del 7% tras consolidar, en los cinco días bursátiles precedentes, la mayor subida del valor de hasta un 10% en un día desde el rally de junio y similar a la registrada a principios de agosto.
Los cambios en la cúpula, tras la reestructuración de septiembre, que suponen la salida de Alex Cruz como CEO de British Airways, donde los problemas sindicales por los despidos solo acaban de empezar y con la vista puesta en un Brexit que amenaza con cerrarse sin acuerdo de relación comercial futura, siguen presionando también a su cotización.
En su gráfica, podemos observar como IAG sigue siendo, no solo el farolillo rojo del Ibex 35, sino también del Mercado Continuo español. No logra despegar desde el nivel clave y psicológico del euro por acción. En lo va de año recorta por encima del 77% aunque sigue ligeramente en positivo, con un avance del 2% en octubre, a pesar de las caídas, superiores al 7% de la última semana.
Y la volatilidad de la que hace gala el valor se refleja en los cambios financieros en su accionariado. El gran tradicional bajista en nuestro mercado, Marshall Wace se posiciona al alza en un 3% a través de instrumentos derivados. La entrada del hedge fund británico, propiedad de KKR, se produce tras la salida de Citadel, que tenía el 2% de su capital.
Según nuestros indicadores técnicos, IAG presenta una puntuación, en modo bajista y revisada con descenso de un punto, de 1 sobre 10 puntos posibles. Con tendencia bajista, tanto a corto como a medio plazo, momento total negativo, tanto lento como rápido, volumen a medio plazo decreciente y rango de amplitud, a medio y largo plazo, creciente. Sólo en positivo, el volumen a largo plazo que es creciente.
María Mira, analista fundamental de Estrategias de Inversión señala que “en una valoración por ratios y con un BPA estimado para el cierre del año en curso de -0,71€/acción, tras actualizar el número de títulos de la compañía después de la ampliación de capital; la acción está sobrevalorada. El mercado espera una contracción en el BPA que supera el 182% pero si el cálculo lo hacemos en cifras absolutas, la caída del Beneficio neto será superior al 300% entre 2019 y 2020”.
Y agrega además que “la rentabilidad sobre dividendo-Yield en 2020 es ahora el 5,36% tras el efecto dilución y a precios actuales, pero el pago ya está hecho, y no habrá más a lo largo de este año ni previsiblemente en próximos ejercicios. Las previsiones para 2021 apuntan un cierre también en rojo, con BPA estimado de -0,02€/acción y por el momento la incertidumbre es elevadísima en cuanto a la evolución del sector. En base a nuestra valoración fundamental somos negativos con el valor, el riesgo actualmente es muy elevado”.