El pasado 19 de febrero, Caja Madrid y FCC acordaron disolver la sociedad a través de la que controlaban el 51 por ciento de Realia y repartirse dicha participación a partes iguales.

Al 25,5 por ciento que le correspondía, FCC añadió el 4,52 por ciento que tenía de forma directa (un 2,15 por ciento que ya poseía en 2007, más un 2,37 por ciento que compró durante el año pasado).


En total, la constructora controla el 30,023 por ciento de la inmobiliaria frente al 27,65 por ciento que tiene Caja Madrid, fruto de su 25,5 por ciento más el 2,15 por ciento que ya tenía de 2007.

De esta forma, FCC se ha asegurado el control de la compañía ya que, si Caja Madrid llegara a aumentar su participación al 30 por ciento, se vería obligada a lanzar una opa sobre la inmobiliaria.

Además, según el contrato alcanzado el mes pasado, tanto FCC como Caja Madrid se han comprometido a no incrementar sus participaciones por encima del 30,5 por ciento hasta 2012, fecha a partir de la cual -cada dos años y durante el mes de junio- el grupo constructor deberá comprar las acciones que Caja Madrid quiera vender.

Por otro lado, con la disolución de la sociedad conjunta con Caja Madrid, FCC deja de consolidar globalmente en sus cuentas a Realia.

El acuerdo de disolución de la sociedad conjunta entre FCC y Caja Madrid abre la puerta a un nuevo socio, con participación significativa y estable, que aporte valor y posibilidades de desarrollo futuro de la sociedad.

En concreto, se tratará de un socio "solvente", que tenga inmuebles de primera calidad en cartera y que quiera hacerse con una participación elevada, en torno al 20 por ciento, tal y como expresó el presidente de Realia, Ignacio Bayón, en la rueda de prensa de presentación de resultados.