
España es uno de los mercados europeos con mayor rentabilidad por dividendo media. A cierre de 2024, la rentabilidad por dividendo del selectivo rondaba el 4,6%, el doble del reparto vía dividendos de otros índices como el Eurostoxx 50 o el S&P 500. Por eso, no tiene sentido fijarse en el Ibex 35 a la hora de medir rentabilidades si no en su par con dividendos. En la actualidad, los dividendos ofrecen retornos superiores a cualquier depósito bancario y, para muchos inversores, éstos se convierten en una paga que complementa sus ingresos y le permite incluso batir la inflación.
Cuando uno ve la evolución de los índices en el año, en la comparativa el Ibex 35 sale algo perjudicado. El Eurostoxx 50 ya superó los máximos previos a 2007 mientras el S&P 500 ha multiplicado por cuatro su rentabilidad desde 2007 (sin dividendos) y el Ibex 35 sigue por debajo de esos niveles. Pero si comparamos el índice que incluye los dividendos, el Ibex 35 Total Return, el desempeño es más que digno y comparable con los índices europeos.
El IBEX 35 no ha conseguido alcanzar esos niveles de 16.000 puntos por los que cotizaba hace 18 años mientras el Ibex 35 con dividendos ha marcado este mismo año un nuevo máximo histórico en la zona de los 55.500 puntos.

El problema aquí no es tanto el rendimiento del mercado, sino cómo se mide. En España, sin incluir dividendos, la foto está incompleta. Y es que mientras otros mercados priorizan crecimiento y recompras, España ha sido tradicionalmente un mercado de “cazadividendos”. En EE.UU, por ejemplo, los dividendos suponen solo entre 1% y 2% anual de retorno, frente al 4-6% en España.
El argumento es claro y se encuentra en la propia estructura del selectivo. Bancos, telecos y utilities son los principales sectores representados en el índice, que además tienen baja capacidad de crecimiento orgánico pero una alta generación de caja que se distribuye vía dividendos. En mercados como el americano, muchas empresas reinvierten beneficios en crecimiento y en recompras, lo que a su vez revierte en una mayor revalorización del precio.
Por eso en España, la revalorización “visible” es débil, frente a la rentabilidad real, vía dividendos, que es fuerte. Y para muestra un botón: un inversor que hubiera reinvertido dividendos desde 2007 tendría un +128% de rentabilidad acumulada. Una cifra que se acerca la evolución de otros índices europeos pero que sigue lejos del 350% que habría obtenido alguien que hubiera invertido en el S&P 500 o el 250% si lo hubiera hecho en el DAX.

2007 marcó para muchos índices el techo histórico, especialmente en el selectivo español, que se vio impulsado por una burbuja inmobiliaria que estalló ese mismo año y que se vio exacerbada por una crisis financiera y posterior crisis de deuda tuvo su suelo en 2012 cuando Draghi pronunció el famoso “Wathever it takes…” y el resto de banqueros centrales lanzaron unos históricos programas de expansión cuantitativa que permitieron recuperar a los mercados hasta los niveles que vemos en la actualidad. En un camino no exento de volatilidad, léase Covid, Brexit, Guerra en Ucrania o aranceles de Trump, entre otros.
Un inversor que se haya encontrado en algunas de estas situaciones probablemente ya hubiese recuperado las pérdidas sufridas en 2014, y desde entonces acumula ganancias. El Ibex 35 con Dividendos se situaba en 2007, coincidiendo con los casi 16.000 puntos del Ibex 35, en algo más de 25.000 puntos. Ahora, el indicador se encuentra por encima de los 52.700 puntos, tras haber conseguido hace unas sesiones marcar su máximo histórico en los 55.516 puntos.
Solo el pasado año, las empresas cotizadas españolas repartieron 37.860 millones de euros entre sus accionistas, con un aumento del 25% frente al ejercicio anteriores. En la serie histórica, el dato de 2024 solo se ve aventajado por 2014, cuando se repartieron la friolera de 43.260 millones de euros. Esto convierte al mercado español en una opción atractiva para inversores conservadores o perfiles que buscan ingresos recurrentes.
Los campeones del dividendo en España
Y ¿quiénes han sido los protagonistas que han aupado a este índice a los máximos? Las energéticas como Enagas , Endesa o Redeia (REE) han sido históricamente las más consistentes con yields entre el 5-6%. También Repsol ha combinado a lo largo de los últimos años dividendos en efectivo con scrip dividends, una política que se vio reforzada en 2022-2024 con beneficios extraordinarios.
En los últimos ejercicios los protagonistas también han sido los grandes bancos. Banco Santander , BBVA y Caixabank , después de las restricciones del BCE tras la pandemia, han vuelto a repartir dividendos con fuerza. Y un histórico de la bolsa nacional y el pago de dividendo. Telefónica. Te interesa: Los mejores dividendos de la bolsa española.

Si tiramos de datos, si en 2010 un inversor hubiera destinado 10.000 euros a una cartera con Repsol, Enagás e Iberdrola habría recibido en dividendos entre el 60% y el 90% de su inversión inicial, dependiendo de si los reinvirtió o no. Es decir, prácticamente ha recuperado todo el capital solo en pagos de dividendos, sin contar la revalorización de las acciones. Si además hubiera reinvertido esos dividendos, la rentabilidad final sería aún mayor, acercándose a duplicar el capital inicial.
Y no sólo las grandes. El IBEX Top Dividendo agrupa a las 25 compañías españolas con mayor rentabilidad por dividendo sostenida y ha ofrecido históricamente una rentabilidad incluso superior a la del Ibex total Return. Valores como Atresmedia, Elecnor, Naturhouse, Prim aparecen recurrentemente en este ranking.
Evolución Ibex 35 TOP Dividendo Fuente: BME

Según varios análisis, las empresas seguirán repartiendo este 2025 y 2026 dividendos récord con banca y utilities liderando los ranking. Sin embargo, aquí se abre el eterno debate ¿es sostenible esta política de dividendos en un contexto de transición energética, tipos de interés cambiantes y necesidad de inversión tecnológica? Veremos
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