Caja de Burgos obtuvo durante los primeros seis meses del año un beneficio consolidado neto de 72 millones de euros, un 15% menos que en el primer semestre de 2007. La entidad
dotó al fondo de provisiones para insolvencias más de 50 millones de euros, un 41% más, en previsión de pérdidas futuras derivadas de un aumento de la morosidad.Al margen de esta dotación, que ha moderado los beneficios, Caja de Burgos presenta una cuenta de resultados con aumentos en todos los márgenes
, a pesar de la ralentización en el volumen de negocio, según informó la entidad de ahorro en un comunicado recogido por Europa Press. En este sentido aseguró que el volumen de activo total se ha incrementado un 12,2%, hasta alcanzar los 11.844 millones de euros.Según indicó, la confluencia del proceso de desaceleración de la economía española, y especialmente del ajuste inmobiliario y de la tensión de liquidez de los mercados financieros internacionales, ha implicado una brusca contracción del ritmo de crecimiento del crédito, que al cierre del semestre alcanzaba un volumen de 8.323 millones de euros, con un avance del 10,2%.Esta coyuntura adversa también ha traído consigo un crecimiento de los activos dudosos. Este factor, junto al menor crecimiento crediticio, se decanta en un aumento de un punto en la tasa de morosidad, que a 30 de junio se ha situado en un 1,78%.