"Con el apoyo del sector público podemos utilizar esos bancos para volver a prestar dinero. Y (los bancos) podrían prestar mucho porque el Gobierno puede ofrecer mejores garantías que nadie de que tendrán el capital necesario", agregan.

Mientras tanto, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, dejó claro en un discurso pronunciado anoche que la institución que dirige se prepara para inyectar más dinero en la economía comprando bonos a bancos, empresas y al propio Tesoro.


King señaló que podría ser necesaria una medida tan drástica para limitar la recesión, pero agregó que todavía está por decidir el momento en que debería recurrirse a ella: "Aún no estamos allí", precisó.

El gobernador trazó un panorama pesimista de le economía y explicó que la producción manufacturera "está cayendo" y la actividad de los servicios está también en mínimos históricos.

Para agravar la situación, un gurú de las inversiones llamado Jim Rogers, ex colaborador del financiero George Soros, instó a los inversores a vender las libras que pudieran tener y dijo que él no pondría en este momento dinero en la economía británica.

Como señala hoy el diario "The Times", la reacción fue inmediata: la libra cayó el martes casi un 4 por ciento frente al dólar y a su nivel más bajo frente al yen.

El Lloyds Banking Group, controlado ya un 43 por ciento por el Estado, perdió el martes un 48 por ciento de su valor mientras qeu el RBS, del que el Gobierno controla ya el 70 por ciento, cayó otro 11 por ciento sólo un día después de haber sufrido un auténtico desplome.

Los analistas temen algo que antes parecía impensable: que el Reino Unido pierda su calificación "AAA", la máxima que otorgan las agencias.