"El duro trabajo de ambos partidos ha valido la pena", dijo Carl Levin, senador demócrata por Michigan, estado donde se encuentran las oficinas centrales de General Motors, Ford Motor y Chrysler. "Entiendo que se ha llegado a un acuerdo", escribió Levin en un comunicado. 

Las partes que negociaron el acuerdo provisional la semana pasada establecieron que el dinero saldría de un fondo del Departamento de Energía creado en septiembre para ayudar a que las automotrices de Detroit fabriquen coches con un consumo de combustible más eficiente.


El alto cargo del Gobierno dijo que los negociadores satisficieron una de las preocupaciones claves de la Casa Blanca: que las compañías que reciban ayuda obtengan las concesiones necesarias y hagan otros cambios para probar que pueden sobrevivir y competir.

Además de brindar préstamos, la propuesta obligaría a las automotrices a responder a un síndico designado por el presidente -un "zar' de la industria- y convierte al Gobierno en su mayor accionista.