Normalmente la inversión extranjera llega en dólares buscando un rendimiento más alto, pero los tipos de interés de Estados Unidos empiezan a subir y los inversores regresan con su capital hacia el billete verde y los activos de renta fija. Además, la mayoría de los bienes básicos son cotizados en dólares en los mercados emergentes y cuando el dólar sube, las materias primas se vuelven más caras para los inversores no estadounidenses.

Otra estrategia que ha estado fallando últimamente para los inversores es el carry trade, donde el inversor vende una divisa con un tipo de interés bajo para comprar otra con un tipo de interés más alto, asegurando la diferencia entre los dos tipos. En este caso, los mercados de divisas tienden a tener tipos de interés mas altos que el dólar y, por lo tanto, los inversores venden el dólar para comprar divisas de mercados emergentes. Sin embargo, esta ganancia que el inversor estaba esperando conseguir con la diferencia entre tipos de interés, desaparece debido a la pérdida por la posición de venta en el dólar.

Desde mediados de febrero el dólar ha estado recuperando parte del terreno perdido después de haber llegado a un mínimo de más de tres años. El billete verde lleva dos semanas consecutivas al alza, apoyado por el aumento de la tasa de rendimiento de los bonos soberanos y por las expectativas de otro posible aumento de los tipos de interés por parte de la Fed. La disminución del crecimiento económico en la Eurozona, también ha contribuido a la subida del dólar a media que el euro llega a mínimos que no visita desde enero frente al billete verde.

Aunque los datos fundamentales de los mercados emergentes se mantienen saludables, la fuerza en el dólar ha tenido más peso debido a que desde el año pasado los inversores han estado comprando deuda de los mercados emergentes que ahora se encuentran lastrados por la subida del billete verde.