La elevada volatilidad de los mercados durante la crisis financiera global, convirtió la tarea de hacer previsiones económicas en un ejercicio de alta complejidad que derivó en grandes errores, según ha explicado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), durante la presentación de un informe en Londres.

Con el título de Previsiones de la OCDE durante y después de la crisis financiera: análisis post- mortem, analiza las claves que llevaron a la organización a cometer graves errores en sus predicciones entre el período de 2007 a 2012, coincidiendo con los peores años de la crisis de la Zona Euro, y ofrece conclusiones para ayudar a mejorar el análisis y las previsiones en el futuro.

Así, según el informe, la OCDE infravaloró el alcance del colapso en la actividad entre 2008 y 2009 y sobrestimó el ritmo de recuperación en los años recientes. La organización equipara la magnitud de los errores durante estos años a los acontecidos durante la primera crisis del petróleo de los 70.

Durante la presentación en la London School of Economics, el economista jefe de la OCDE, Pier Carlo Padoan, ha destacado que se ha aprendido mucho de la crisis. Y ha explicado: "Hemos tomado los pasos pertinentes para mejorar los modelos predictivos de corto plazo, construir mejores indicadores de las condiciones financieras y ser capaces de explorar los riesgos de las previsiones de manera sistemática".

En el informe se explica cómo el análisis de la metodología usada para hacer las previsiones ofrece una nueva perspectiva del impacto que tuvo la crisis en las diferentes regiones. Y llega a las siguientes conclusiones: por un lado, los errores predictivos fueron mayores en economías más aperturistas, en términos comerciales y financieros, lo que sugeriría que la globalización ha conectado a los países, de manera que los ha hecho más vulnerables que en el pasado ante situaciones de "shock".

Pone de relevancia también que las proyecciones fueron más equivocadas en países con regulaciones más restrictivas del mercado laboral y productivo, que podrían ser menos resilientes que economías más desreguladas.

También se destaca que los errores de previsión en el crecimiento más relevantes se dieron en países con un sistema bancario débil, lo que confirmaría que los factores financieros se tienen que tener más en cuenta en los modelos económicos.

Sobre este último punto, Padoan ha aclarado que "el reiterado debilitamiento de la crisis de la deuda soberana en la Zona Euro nos tomó por sorpresa, dada la fuerte e inesperada relación entre la debilidad de la deuda y el sistema bancario. Y ha reconocido: "Esto causó que proyectáramos un crecimiento por encima de lo que realmente se dio en los primeros años de la crisis".

Por último, el economista jefe de la OCDE ha remarcado que el movimiento hacia la consolidación fiscal, que algunos han culpado como causa de un crecimiento más débil del proyectado, sólo sería el responsable de las equivocaciones en algunos períodos y sólo cuando se incluye a Grecia en el análisis. Bajo su punto de vista, "la OCDE no ha subestimado los multiplicadores fiscales", si no que la mayor fuente de error ha sido "la reiterada presunción de que la crisis de la zona euro se disiparía a su debido tiempo y de que se estrecharían los diferenciales del valor del bono soberano".

En la presentación también se ha hecho hincapié en que la revisión de la metodología predictiva de la OCDE forma parte del proyecto de reflexión sobre las causas y conclusiones de la crisis: Nuevos enfoques sobre los retos económicos.

N.J.