Las familias estadounidenses gastaron un 0,3% más el mes de agosto con respecto a julio, según los datos que publicaron el Departamento de Comercio. Se trata de una cifra que está en línea con las previsiones de los expertos y que supone la cuarta mejora mensual consecutiva.

Los salarios más altos se incrementaron un 0,4%, la mayor subida desde febrero, y un signo positivo para el crecimiento en la segunda mitad del año. Este aumento podría reforzar la idea de los que piensan que el tapering podría comenzar pronto. En cualquier caso, se trata de un debate que ha quedado eclipsado por el debate político de la aprobación del presupuesto y la subida del techo de deuda. Si los políticos no llegan a un acuerdo, Estados Unidos quizá tendría que declarar un default, lo que se convertiría en un duro golpe para la economía.


Los datos también respaldan la opinión de que las subidas de impuestos y recortes presupuestarios federales están arrastrando a la economía a medida que el año avanza. El gobierno estadounidense aumentó los impuestos en enero y recortó el presupuesto federal en marzo.

Además, la confianza del consumidor cayó en el mes de septiembre al nivel más bajo en los últimos 5 meses. El índice que elabora la Universidad de Michigan descendió a 77,5 frente a los 82,1 del mes de agosto. El consenso de analistas preveía que el descenso llegase al nivel de 78.  (Ver noticia)