A pesar de los récords marcados, advierte Anthony Mirhaydari, de the Edge, lo cierto es que en lo que llevamos de año el S&P 500 apenas ha subido en cifras acumuladas y se mueve en un rango de consolidación bastante estrecho: desde el 10 de abril no hemos visto un movimiento del 2% o superior, hacia arriba o hacia abajo. Claro, señala, los valores de pequeña capitalización han caído y las acciones de los mercados emergentes parecen “en racha”, pero mientras tanto el principal selectivo del mundo no ha hecho nada.

¿Hasta cuándo se mantendrá así la renta variable? Para responder a esta cuestión Mirhaydari considera que primero debemos entender por qué el mercado se comporta como lo hace. “Superficialmente, ni alcistas ni bajistas tienen motivación suficiente para romper ni resistencias técnicas ni soportes”, explica. Situación que se repite si miramos también a nivel sectorial. Por otra parte, desde el punto de vista fundamental “hay muchas razones para este 'punto muerto'”: el panorama económico cada vez parece más “turbio”, las perspectivas de estímulo “nebulosas”, la situación geopolítica es complicada...

“Ante la falta de catalizadores claros, los inversores han estado satisfechos con limitarse a dejarse llevar a la deriva sin rumbo del mercado. Pero hay riesgos: la complacencia en alta, y el índice VIX de volatilidad se encuentra en mínimos extremos. Los márgenes de la deuda caen de máximos de 10 años e históricamente, esto es una señal de que la gente está buscando las salidas ante lo que esté por venir”, señala este analista.

“En preparación de lo que yo veo como un riesgo creciente de un selloff en los próximos meses, recomiendo posiciones defensivas en áreas que han sufrido del mercado como los metales preciosos”, concluye Mirhaydari.

S.C.