Los principios de directiva europea bajo el nombre de Mifid 2 son claros: incrementar la transparencia del asesoramiento financiero y fomentar la educación del inversor. Y todo con un objetivo: proteger al inversor. Aunque para que esté completamente implementado habrá que esperar previsiblemente a 2018
. Por un motivo, sólo el proyecto informático y creación de bases de datos procedentes de la información de los distintos centros de negociación y entidades no estará preparada hasta el cuatro trimestre de 2017. Con lo que es previsible que antes de 2018 no vea luz esta regulación, aunque la parte de protección al inversor, que está más madura y donde hay menos polémicas, podría estar lista antes.

Pero ¿cómo se está adaptando el sector a esta normativa? Estrategias de inversión ha organizado un Desayuno para hablar con las principales gestoras, EAFIs, bancos y brókers sobre los retos de Mifid2 y la conclusión es evidente: todo lo que sea ganar en transparencia y protección al cliente es positivo, aunque el sector asistirá a un proceso de reestructuración y reorganización importante. 

Mifid

De izda a dcha:
Silvia Morcillo (Ei), Carme Hortalá (GVC Gaesco), Karim Zouhdi (EFPA), Carlos García (ASEAFI), Enrique Fernández (Ernst&Young), Marcelino Blanco (Mirabaud) y Francisco Formariz (BME)


Pero vayamos por partes. Una de las novedades que introduce esta norma es que las entidades tendrán obligación de declarar si su asesoramiento es independiente o no. Y en el caso de que así sea, tendrá que probar que tiene acceso a un número suficientemente amplio de instrumentos disponibles en el mercado, de diferentes proveedores,  y no serían admisibles los incentivos de dichos proveedores. Claro que, por el hecho de declararte dependiente “no tienes que dejar de cobrar, lo único que hay que dejar claro al cliente qué se le cobra y cómo”, reconoce Ana Gúzman, responsable en España de Aberdeen.

Esta experta reconoce que en cierto modo se ha estigmatizado la palabra “independiente”  pues te hace reconocer que tienes recursos para ser capaz de analizar toda la gama de productos disponible  aunque creo que gran parte de la industria se declarará dependiente,  Esto obligará a las grandes entidades a abrir la puerta al tener que ofrecer productos de  terceros. Habrá un elevado porcentaje de pequeños jugadores que puede que no tengan capacidad para acreditar ser independientes por el elevado coste económico y de recursos que implica.  Aunque también pueden existir casas que se acojan a un modelo dual: dependientes en un segmento e independientes en otro. Aunque “para evitar confusiones al cliente tienes que adoptar una serie de medidas de tal separación que implican tal coste que para buscar rentabilidad tienes que tener mucha masa crítica”, reconoce  Enrique Fernández Albarracín, FSO Legal y Regulatory Partner en Ernst&Young.

Por la parte de mercados, Jorge Yzaguirre, director de la mesa de renta variable de BME reconoce que es impresionante la cantidad de recursos que el sector está destinando a nueva regulación. “Estamos en un momento en el que la sobreregulación tendrá un impacto importante sobre todas las casas y será difícil sobrevivir sin tener un tamaño ni un equipo dedicado exclusivamente a tecnología y cumplimiento normativo”. De hecho, en Mirabaud "se  destinan importantes recursos materiales y humanos a tecnología e informática para cumplir con los requerimientos regulatorios", explica Marcelino Blanco, director de asesoramiento Patrimonial de Mirabaud.
 
Y a esto hay que unir la percepción del supervisor de que “el modelo independiente y dependiente vinculado con una correcta implementación de un modelo de gobierno de productos se vincula con el hecho de que haya un programa específico de formación y cualificación entre quien distribuye en base asesorada y el que lo hace en  base cualificada”, reconoce el FSO Legal y Regulatory Parnter en Ernst&Young. Un punto en el que coincide Karim Zouhdi, director ejecutivo de EFPA Europa pues hay que “hacer al cliente consciente de que las comisiones existen porque hay un trabajo detrás. Hay que aportar valor y para eso es clave la formación. Se acaba el hecho de que no haga falta una certificación para trabajar en el sector financiero”.


Por otro lado, las obligaciones de información al inversor se reforzarían. Habría que explicar por qué se  recomiendan ciertos instrumentos y cómo éstos se adecúan al perfil inversor al tiempo que podría verse reforzada la información a clientes minoristas y profesionales sobre instrumentos complejos. Aquí “no sé si hay un protección al inversor o un descargo de la entidad”, reconoce Carme Hortalá, directora general de GVC Gaesco Valores SV. Y es que si se tiene un cliente “al que hacemos un test de conveniencia, éste me dice que no es conveniente para hacer derivados y el cliente firma, yo como entidad no tengo nada que hacer”. Y todavía las plataformas españolas requieren que la firma del cliente sea física pero hay muchas entidades internacionales que no requieren firma física del cliente y éste desde su casa opera sin ningún asesoramiento. “Creo que los que lo tendrán más difícil serán aquellas entidades que tengan que sincerarse con el cliente  pues Mifid pondrá en evidencia quién gana qué en la cadena de distribución y asesoramiento, lo que introduce dificultades sobre todo a las entidades que hacen de todo”, reconoce Carlos García Ciriza, presidente de la Asociación de Empresas de Asesoramiento Financiero y director de C2Asesores Patrimoniales EAFI. 

Asesoramiento y plataforma, el vínculo perfecto

Además, bajo Mifid2 hay una cláusula que dice que los distribuidores podrán facilitar datos sobre su estrategia de ventas al fabricante de productos  para que éste pueda hacer sus labores de due diligence  sobre el tipo de distribuidor. En ese sentido,  “si un cliente tiene un contrato de asesoramiento con una EAFI, la plataforma de ejecución es el socio perfecto. Lo ideal serían clases especiales para contratos de asesoramiento, es decir, que un cliente que tenga su contrato pueda comprar en la plataforma X sus fondos de clases limpias” (aquellas que no tienen ningún tipo de retrocesión ni comisión por gestión, sólo de ejecución), explica Ciriza. Algo que tiene muchas ventajas porque pondrá sobre la mesa la calidad de la gestión y si esta es activa o no.
En este sentido, Yzaguirre anunció que BME está trabajando en una plataforma de contratación de  fondos pues sería muy positivo que los fondos nos traigan compartimentos y series que se puedan comprar y vender desde la propia entidad desde la que trabajas, al igual que haces con Sicavs y otros instrumentos. “Esa es nuestra apuesta en un mundo que va hacia la transparencia y comisiones de gestión más baratas”.

Porque es ahí, en las comisiones, donde también incide la nueva Directiva Europea porque habrá una obligación de remitir un informe anual de desglose de gastos y costes por tipo de producto al cliente. La experta de GVC Gaesco admite que “es importante desacostumbrar al cliente a que no tendrá comisiones implícitas, que hasta ahora muchos de ellos lo desconocen”. Al final es una cuestión de educación, de formación del cliente y del empleado. Gonzalo Antón, director comercial de Banca Privada de Bankinter reconoce la importancia de que el cliente entienda qué se le cobra y por qué, “hacerles partícipes de que tienen que pagar por este servicio como lo hacen por cualquier otro”.

Clientes huérfanos, de la mano de la tecnología

Pero ¿esto no desatará una guerra de precios?  El sector cree que seguramente sí pero el que entre, perderá. “Al final tendrás que estar seguro del retorno – que no de la rentabilidad- que estás ofreciendo. El servicio que le da un banquero privado llevarlo a 6.000 sucursales es muy complicado”, explica Antón. En este sentido, “cuando escuchas a la CNMV hablar de la implementación de Mifid  y  cuando ves las prácticas que están llevando  a cabo las entidades, ves que a red comercial destinarán productos más simples, que requieren menor esfuerzo de preparación, y conforme el producto se hace más complejo se irá elevando el canal en términos cualitativos de distribución”, explica el experto de Ernst&Young.

Todos están de acuerdo en que no volverán a repetirse errores del pasado – preferentes, pagarés, hipotecas…- por el coste que tienen que asumir las entidades con Mifid a nivel de tiempo y revisión de las carteras de los clientes.   A lo que habría que añadir el coste de captación, márketing…”con lo que todo aquel que no haya hecho los deberes estos años lo tendrá complicado”, reconoce el responsable de Bankinter. Serán aquellas entidades que puedan industrializar a sus clientes los que puedan entrar en la guerra de precios. 

Aquí uno de los peligros que existe es el de los clientes huérfanos. En Reino Unido ya ha habido el 27% de clientes que han quedado huérfanos de asesoramiento pues ni clientes ni EAFIS pueden asumir el coste de asesorar.  “De hecho, cuando hablamos con otros compañeros de otras entidades en Suiza o Luxemburgo se está poniendo el listón muy alto e incluso les están diciendo a los clientes que no llegan a los 3 millones de euros que abandonen la entidad y busquen otras”, responde el responsable de Mirabaud.  Es ahí donde entrarán en juego todas las plataformas que están saliendo y “en la que BME tiene un papel fundamental por ejecución pero no sólo entidades nacionales sino las internacionales nos planteamos un modelo B2C (estrategias para llegar directamente al inversor final) de un cliente directo”, explica Guzman. De hecho, todo aquel banco que se haya adaptado a la tecnología tendrá implementada dentro de su plataforma tecnológica una solución para aquel cliente que, por su nivel de ingresos,  tiene una sofisticación menor. 

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