El lunes vimos cómo Arcelormittal ejecutaba su contrasplit de 3 acciones por 1. Hoy, además, vemos cómo se apunta también Abengoa, que lo hará de 100 acciones por 1. En el caso de Arcelormittal, su precio de cotización pasaba entonces del entorno de los 6,70€ con los que cerró el viernes a los 20,15€ por título con los que cerró el lunes (tras anotarse un ligero aumento del 0,17%) ¿Quiere decir esto que ahora la acción de Arcelormittal tiene un mayor valor? No, pero ahora tiene otra pinta.

Una operación de contrasplit es una agrupación de un número de acciones en una sola (o agrupación de un número mayor de acciones en uno menor). En este caso, al ser 3x1, Arcelormittal reagrupó en una sola acción cada paquete de 3 acciones.

De esta manera, si antes teníamos 30 acciones de Arcelormittal, y esta compañía lleva a cabo un contrasplit de 3x1, ahora tendremos 10 acciones de esta compañía.

Uno de los aspectos fundamentales de una operación de contrasplit es que el valor de las acciones en cartera de un inversor se mantiene intacto. Siguiendo con el ejemplo anterior, si antes teníamos 30 acciones de 1€ de valor de cada una de ellas, ahora el valor de cada acción nueva pasará a ser de 3€ (3 acciones x 1€ de valor).

Por tanto, ahora nuestra cartera seguirá manteniendo exactamente su mismo valor: 30€

Una vez realizado el contrasplit, las nuevas acciones quedan cotizando con el nuevo valor unitario por acción. En el ejemplo expuesto, las nuevas acciones quedarían cotizando a 3€ por título. En el caso de Arcelormittal, su acción cotizaba en el entorno de 6,70€ antes del contrasplit, y a partir del lunes el valor de su acción ronda los 20,20€ (6,70€ x 3).

Entonces, si la situación financiera real del accionista y la compañía no cambian, ¿Por qué realizar operaciones de contrasplit?

El motivo es básicamente psicológico. Los contrasplit se suelen llevar a cabo en acciones que están cotizando a unos precios realmente bajos. ¡Ojo! Decimos precio, no valor. Muchas compañías optan por hacer un contrasplit cuando sus acciones están cotizando a precios de céntimos o poco más que céntimos, ¿Tiene esto algo que ver con el valor real de la acción? No, pero parece que una acción cuyo precio es de unos pocos céntimos “no vale nada”, mientras que una acción cuyo precio representa un puñado mayor de euros “tiene mayor valor”.

Esto, al fin y al cabo, no es más que un sesgo cognitivo del inversor, que es donde precisamente las compañías que realizan contrasplits pretender actuar. Aunque en términos relativos una acción que cotice a céntimos no tiene por qué valer menos que una acción que cotiza a 1.000€, en términos absolutos el efecto que tiene en nuestra concepción del valor es muy distinto.

Se trata fundamentalmente de un efecto que nos lleva a percibir de forma sesgada el valor relativo de una acción. Y en realidad no tiene nada que ver. Imaginemos dos compañías distintas, la A y la B.

Visto este ejemplo, ¿Cuál de las dos acciones tiene un mayor valor? Presumiblemente, diríamos que la acción de A.

De igual manera puede suceder en sentido inverso. Es decir, una compañía que cotiza a 1.000€ no quiere decir que sea una compañía cara, y una compañía que cotiza a 0,70€ no tiene porqué ser una compañía barata. El precio de una compañía es alto o bajo, caro o barato, en función sólo de las características de la compañía y de la interpretación que cada inversor haga sobre estas características, para considerar ese precio como bajo o elevado y considerar, por tanto, a la compañía como cara o barata.

Otro motivo para realizar un contrasplit puede ser reducir en el inversor la percepción de volatilidad en sus acciones, ya que un aumento o disminución en el precio de una acción que vale 0,70€ en términos porcentuales es mayor que en una acción que cotiza a 7,0€, por ejemplo. De hecho, operaciones de contrasplit ayudan a compañías que cotizan en céntimos a escapar del radar de los inversores de perfil más especulativo.

El caso contrario es la operación de Split, donde el accionista recibe un número de acciones nuevas por cada acción antigua que posee. Lo que se consigue con el Split es el efecto contrario: el precio de la acción se reduce y ahora es percibida como más “barata” y por tanto más accesible para el inversor medio.

Aquí tenemos un pequeño listado de las compañías españolas que han llevado a cabo una operación de Split/Contrasplit recientemente, con la fecha y el factor de cambio.

¿Hasta qué punto creéis que los mercados están influidos por la Psicología? ¿Afectan más este tipo de factores psicológicos a inversores institucionales o minoristas? ¿O a ambos por igual? ¿Cómo podemos canalizar este tipo de factores psicológicos en nuestro beneficio para la inversión en bolsa?