
Las últimas noticias conocidas en Francia y Reino Unido han provocado un repunte en los tipos de interés de la deuda a nivel global y han desatado temores a que se produzca una crisis de deuda similar a la que tuvimos en 2012. Entre los inversores, los tipos de interés no son solo un coste financiero, sino un termómetro que nos mide la salud de la relación entre gobiernos e inversores. Y hay unos cuantos países en temperaturas de fiebre. En este caso vamos a ver a Japón, con una deuda del 240% del PIB y de Reino Unido, que alcanza el 101%.
Pero el problema no es solo la deuda y quién la tiene (en el caso de Japón, japoneses en su mayoría), sino el coste y lo que ello supone. El bono a 30 años de UK ha llegado al 5,6%. Más elevado que con la famosa crisis de deuda que hizo dimitir a Liz Truss. En el caso nipón, superando el 3,2%, un máximo desde que se emiten estos bonos. Ver: ¿Pueden quebrar Japón o Reino Unido?.
Y si se habla de deuda, el sector de defensa supone de media en los países europeos en torno a un 1,9% de su PIB. Por presiones internas y externas, el objetivo es que en los siguientes años se alcance el 5% del PIB. Y no solo se quedan ahí los números, sino que adicionalmente en entornos volátiles de incertidumbre es un sector que proporciona cierta estabilidad a la región desde el punto de vista de los empleos. Más de 600.000 personas tienen empleos directos en el sector de defensa europeo y hay otros muchos miles de empresas subsidiarias que dan soporte a este sector que también ayudan a estabilizar la economía.
En entornos inciertos desde el punto de vista de la geopolítica, el sector defensa supone una estabilidad representativa desde el punto de vista de las inversiones, ya que son contratos ciertos que aportan bastante estabilidad y menos volatilidad dentro de lo que sería los inversores, y en al mismo tiempo ayuda a establecer la economía. Te interesa: Defensa, ciberseguridad y espacio: así es el nuevo fondo europeo de DNB Asset Management.
Aunque si está buscando buenas inversiones, si miramos cómo están los índices, el viento de cola para los inversores es innegable. Las subidas son constantes y de momento y a pesar de Francia, todo sigue alcista, en España, en Europa y en EEUU. Los inversores deben aprovechar el buen momento de las bolsas para aprender a mejorar sus inversiones y lograr estar en los activos que más suben en bolsa en cada momento y sobre todo saber cómo operar cuando el mercado no tenga la fuerza y tendencia que tiene ahora. Ver: Esta es la mejor inversión que se puede hacer en este momento.
Si de verdad entiendes cómo funciona el mercado y puedes dedicarle tiempo, sabiendo de fondos, “cambia la peli”. Una buena gestión activa genera Alpha, especialmente en mercados menos eficientes. Saber cuándo introducir small caps, algo más de emergentes, un retorno absoluto, mayor exposición a determinado sector o región… Todo esto hace que tengas, de forma habitual, no siempre, unas rentabilidades mejores. Eso sí, no vale un fondo de gestión activa y olvidarse. Quizá lo podamos tener muchos años, pero normalmente reduciremos o aumentaremos exposición. Esta es la idea, activa. Ver: ¿Gestión activa o pasiva? Depende de ti
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También hay alternativas en activos que, en la actualidad, están brillando con luz propia. En 2025, las materias primas han mostrado una notable resiliencia, con el índice TR de Bloomberg subiendo un 7% desde enero hasta septiembre, pese a la guerra comercial, los aranceles y las tensiones geopolíticas. El comercio no se ha desplomado, sino que se ha desviado hacia Asia y África, manteniendo la demanda.
Según los expertos, destacan el Oro, la Plata y el cobre, con el oro como gran protagonista, impulsado por un dólar debilitado, la compra de unas 1.000 toneladas anuales por parte de los bancos centrales y factores como incertidumbre comercial, tensiones geopolíticas y déficits fiscales de más de 3 billones de dólares proyectados en EEUU para la próxima década. Se prevé que el oro pueda alcanzar los 3.850 dólares por onza en 2026. Ver: ¿Invertir en oro? Estas 5 materias primas podrían superar su rendimiento en 2026.
El oro tiene vinculado su comportamiento al dólar, que no había tenido un comienzo de año tan difícil en los 50 últimos años, salvo en contadas ocasiones. ¿Por qué? Las políticas arancelarias proteccionistas de EE. UU., anunciadas en abril de 2025, sacudieron las expectativas de un continuo escepcionalismo estadounidense. No te pierdas: ¿Qué significa un dólar estadounidense débil para los inversores globales?.

