Victor Matarranz, Santander Wealth Management recomienda una asignación de activos “más diversificada y dinámica” para este año

Víctor Matarranz, director de Santander Wealth Management

 

El ejercicio 2018 ha sido muy complicado para los mercados, con un aumento de la aversión al riesgo por parte de los inversores y rentabilidades negativas en la mayoría de activos y geografías. Y 2019 arranca con no menos incertidumbres geopolíticas y la perspectiva de una desaceleración económica en el horizonte. En este contexto, Santander Wealth Management, la división que agrupa el negocio de banca privada y gestión de activos de Banco Santander, considera que “es más necesaria que nunca una gestión activa y profesional para maximizar las oportunidades de inversión”.

En un informe titulado Navegando el cambio de ciclo, la división dirigida por Víctor Matarranz asegura que “para sacar partido de los distintos cambios en los vientos del ciclo económico, las claves serán una asignación de activos más diversificada y dinámica; mostrar prudencia en la selección de activos, partiendo de un posicionamiento global constructivo; y prestar especial atención a la gestión del riesgo crediticio y máxima diversificación en geografías, sectores y emisores”.

La firma apunta a un escenario en el que el ciclo económico empieza a desacelerarse a nivel mundial, después de 111 meses de expansión en Estados Unidos. No obstante, considera que ésta será moderada, ya que los fundamentales siguen estando presentes y podrían extender la duración del ciclo y generar oportunidades de inversión. Su previsión de crecimiento de la economía mundial es de un 3,5% en 2019, sólo tres décimas por debajo del pasado ejercicio. “Estados Unidos y Europa crecerían en torno a su potencial y China está reaccionando con un amplio programa de estímulos para seguir creciendo por encima del 6%”, señala en la carta de presentación del informe Víctor Matarranz.

Estas previsiones descansan en cuatro factores: la ausencia de desequilibrios macroeconómicos críticos, la favorable situación financiera de hogares y empresas, la ausencia de presiones inflacionistas y las políticas fiscales expansivas. Todo ello, unido a unos tipos de interés en niveles aún bajos, unas expectativas de crecimiento de los beneficios del 9% y unas valoraciones atractivas de las Bolsas, debería dar soporte a los mercados de acciones y generar oportunidades de inversión, dice el informe.

Y señala a las Bolsas europeas, con una rentabilidad por dividendo próxima al 4%, como el activo más atractivo por fundamentales, con especial incidencia en sectores cíclicos como Tecnología, Industriales y Energía, que muestran expectativas de crecimiento del beneficio de doble dígito. Añade que la Bolsa europea cotiza con un PER (número de veces que el beneficio está contenido en la cotización) estimado en el entorno de 13 veces, niveles cercanos a los mínimos de los últimos cinco años. Sobre el mercado estadounidense, Santander Wealth Management mantiene una posición neutral en renta variable y aconseja una rotación hacia sectores más defensivos como Consumo Estable y Salud.

 

Posibles riesgos

No obstante, advierte de la amenaza riesgos económicos, comerciales y geopolíticos que hay que tener en cuenta. En primer lugar, las subidas de tipos por parte de la Reserva Federal estadounidense, que suponen un foco de tensión monetaria. Las políticas monetarias seguirán siendo acomodaticias, si bien su apoyo al impulso económico será menor y se espera que el ajuste de los principales bancos centrales no sea muy acusado. En Estados Unidos, se prevén tres movimientos más al alza este año, de otros 25 puntos básicos en cada caso. Por su parte, estima que el Banco Central Europeo (BCE) anunciará la primera subida en el precio oficial del dinero en la segunda mitad de 2019.

Al margen de la política monetaria, otros posibles focos de incertidumbre para este ejercicio son las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, así como las negociaciones entre Reino Unido e Italia con la Unión Europea.

Respecto a la renta fija, Santander Wealth Management indica que este año se presenta con un escenario que sigue siendo complejo por los efectos secundarios de las políticas monetarias ultraexpansivas de la última década, lo que requerirá estrategias diferenciadas según la moneda de referencia. En Estados Unidos, “en ese momento, y cuando se empiece a ver que los tipos de interés más altos pasan a tener un efecto negativo en la economía, es cuando hay que hacer un cambio importante incrementando la duración de la cartera de bonos y posicionándose para un futuro escenario de tipos de interés a la baja”, indica el informe.

Para los inversores que tengan como referencia el euro, señala que “la asignación de presupuesto de riesgo en la renta fija euro debería pivotar más hacia el riesgo de crédito que al de duración. Pero, dado el reducido diferencial existente en los bonos corporativos investment grade, será necesario complementar este posicionamiento con apuestas tácticas en curva, en países periféricos y en los segmentos de mayor riesgo (high yield y emergentes) cuando el entorno sea el adecuado”.

El informe también destaca que el comportamiento de la renta variable en los países emergentes ha sido peor respecto a los países desarrollados. Una corrección que se ha traducido en una cesión de las valoraciones. El PER se sitúa en 10,5 veces, frente a la media de 11 veces de los últimos cinco años, con una recuperación de los beneficios. Apunta como mercados con mayor atractivo para este año a China, India, Brasil y México.

En cuanto a las divisas, la firma asegura que una de las moralejas que ha dejado el mercado en 2018 es que, ante la sucesión casi incesante de eventos de naturaleza geopolítica impulsores de la volatilidad, las divisas consideradas tradicionalmente como refugios -dólar estadounidense, yen japonés y franco suizo- han ejercido su papel casi a la perfección, lo que sirve de recordatorio acerca de la idoneidad de mantener siempre una posición diversificada en la exposición cambiaria de una cartera de inversión.

Sobre la evolución del dólar estadounidense durante este año, considera que seguirá apreciándose en la primera parte del año, pero la tendencia podría cambiar a partir de la primavera. “Las posiciones en dólares podrían actuar como activo refugio”, apunta Santander Wealth Management. “A partir del segundo trimestre podría cambiar la tendencia en el cruce euro-dólar hacia su nivel de equilibrio”, añade.