Las perspectivas para la economía alemana son inciertas, ya que los indicadores de confianza apuntan a un camino accidentado y la mayoría de los economistas esperan otro cuarto de contracción, que sería una recesión técnica.
Las exportaciones cayeron con más fuerza que las importaciones en el segundo trimestre, lo que significó que el comercio neto dedujo 0,5 puntos porcentuales de la expansión económica general. La inversión en construcción también fue un obstáculo, cayendo un 1,0% en el trimestre. El gasto de los hogares, el gasto público y la inversión del sector privado en maquinaria y equipo aumentaron, pero no fueron lo suficientemente fuertes como para contrarrestar el enorme freno de la balanza comercial.
"Los detalles de los componentes del crecimiento muestran que la contracción se debió casi exclusivamente a la debilidad de las exportaciones", dijo Carsten Brzeski, de ING, quien agregó que las cifras del PIB mostraban que no todo era malo. "Un poco de alivio del comercio podría fácilmente conducir a un repunte hacia finales de año. El estímulo fiscal podría aumentar la confianza y mejorar el crecimiento estructural en los próximos años". Altos cargos del gobierno han insinuado que Berlín está reflexionando sobre un mayor estímulo fiscal vinculado a un paquete completo de medidas de protección del medio ambiente. Algunos sugirieron que el gobierno podría incluso asumir una nueva deuda para financiar esas medidas.
A pesar del comportamiento mixto de la economía en los primeros seis meses del año, el Estado alemán logró registrar un enorme superávit presupuestario de 45.300 millones de euros (50.500 millones de dólares) de enero a junio, mostraron los datos. Esto representa un superávit del 2,7% de la producción económica. El gobierno federal registró un superávit de 17.700 millones de euros, los 16 estados federales 12.700 millones de euros, los municipios 7.100 millones de euros y el sistema de seguridad social 7.700 millones de euros. El lunes, el Ifo Business Sentiment mostró que la confianza empresarial se deterioró más de lo esperado en agosto, alcanzando su punto más bajo en casi siete años, lo que constituye una señal más de que la escalada de los conflictos comerciales está empujando a la economía alemana hacia la recesión. La tasa de crecimiento anual ajustada al calendario bajó a 0,4% en el segundo trimestre, desde 0,9% en el primero, mostraron los datos del martes.