En su comunicado, la Reserva Federal ha explicado que la actividad económica de Estados Unidos se ha expandido a un ritmo moderado, a pesar de los acontecimientos ocurridos con la economía y los mercados financieros en los últimos meses.
Apunta que el gasto de los hogares se ha incrementado, lo que ha favorecido al sector inmobiliario, aunque ciertas partes de la inversión y las exportaciones no han mostrado tanta fortaleza.
Los mercados de futuros no auguran subidas en las próximas reuniones, aunque la mejora de algunos datos económicos, del aumento del empleo y los salarios han provocado que los expertos consideren que la FED seguirá con su proceso de normalización monetaria este año y que podría elevar el precio del dinero en 1 punto porcentual. Los miembros de la FED han reducido sus previsiones de tipos para finales de este año hasta el 0,9% desde el 1,4% anterior. Tal y como se puede ver, también rebaja las estimaciones de inflación y PIB, aunque mejora las estimaciones de desempleo para 2017 y 2018.
Habrá que ver cuáles son los comentarios de Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal en la posterior rueda de prensa, sobre todo tras la publicación del dato de inflación subyacente, que subió en un 2,3% en febrero, más de lo que esperaba el consenso. Se trata de la subida más alta desde mayo de 2012.
Hay que tener en cuenta que la Reserva Federal tiene un objetivo de inflación a largo plazo del 2%, y lo que estos datos dan a entender es que, de hecho, los precios comienzan a repuntar, lo que daría más alas a la institución para subir tipos.
En este sentido, reconoce la institución que la inflación se ha recuperado en los últimos meses, aunque sigue debajo del objetivo, sobre todo por la caída de los precios de la energía.
Hay que tener en cuenta, además, que el otro mandato de la FED es la de controlar el desempleo y en estos momentos el paro está ya en el 4,9%, muy cerca del que se entiende como pleno empleo. Además, aunque los salarios siguen muy bajos, empiezan a mostrar algo de presión alcista y la tasa de actividad sigue creciendo.
Así, la FED confirma que “con unos ajustes graduales de la política monetaria, la actividad económica se expandirá y que el empleo continuará mejorando”.
Quizá por eso los expertos consideran que Yellen y el resto de consejeros se están quedando prácticamente sin argumentos para mantener los tipos bajos. Es más, en las últimas semanas se han calmado los temores a una fuerte desaceleración económica en China, así como la volatilidad de los mercados, lo que no significa que no haya aún obstáculos, como los desequilibrios en el mercado del petróleo.
Por otro lado, en cuanto a los activos en balance, la autoridad monetaria ha manifestado que seguirá manteniendo su política actual de reinvertir el principal de los bonos en balance que vayan venciendo. Es decir, ni una sola palabra sobre cuándo comenzará el proceso de reducción de balance que en estos momentos supera los 4 billones (trillones estadounidenses) de dólares.
Por cierto, la decisión de mantener los tipos ha contado con el voto en contra de Esther L. George, la presidenta de la FED de Kansas, que optaba por subir los tipos hasta en 25 puntos básicos.
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