La reactivación económica, que no recuperación, ya es palpable. Es hora de sobreponderar sectores sensibles de manera positiva a la inflación. Aquellos que vean aumentados sus beneficios y experimenten una mejora de márgenes gracias a la subida de tipos de interés, prevista para 2023 según la Fed.

Renta fija y renta variable

Ante la persistencia de la inflación, José Lizán, gestor de Magnum Sicav Solventis, considera que se seguirá acelerando. “La renta fija está haciendo un techo de largo plazo, al igual que pensamos que lo hará la tecnología y los sectores growth quality en los próximos meses”, explica. Además, se decanta por la renta fija emergente en detrimento de la de países desarrollados.

Aunque es evidente que el devenir de la renta fija, así como el de la renta variable, dependerá de los mensajes y decisiones de los bancos centrales. “Llegará un momento en el que “veremos los precios de los bonos caer, como ya ocurrió a principios de año con el Treasury note a 10 años”, explica Sara Carbonell, directora general de CMC Markets España.

Sin embargo, desde IG señalan que mientras no se vea el tipo de interés del bono americano por encima del 2,25%, no debería haber presión vendedora en la renta variable. “Esperamos unos meses de agosto-septiembre más volátiles y una mayor tranquilidad de octubre a diciembre”, explica Sergio Ávila, analista del bróker.

Por su parte, María Mira, analista de Estrategias de Inversión, apuesta por la inversión en materias primas, en el sector de la construcción y en el financiero. Por un lado, en España se decanta por compañías como Acerinox, Ence, Repsol, Cie Automotive, Grifols, Fluidra, ACS, Bankinter, Unicaja y Sacyr. En Europa, por nombres como Basf, Total, Air Liquide, Schneider, Allianz y Autofagasta, entre otras. En Estados Unidos, la analista destaca empresas como Goldman Cachs, American Express, Cisco, Apple, Caterpillar, Coca Cola o Chevron.

En cuanto a los estímulos económicos por parte de los bancos centrales y el dopaje experimentado por los mercados financieros, Carlos Gil, analista de trading de Estrategias de Inversión, califica estas inyecciones de capital como “exageradas” y apunta que los mercados de renta variable lo reflejan claramente, según el gráfico de la Junta de la Reserva Federal.

Materias primas

Los analistas lo advierten: en tiempos de inflación hay que buscar refugio. En la economía post pandemia van a converger la demanda natural del mundo emergente en materias primas (mmpp), que ya se producía de forma sostenida, con la demanda para infraestructuras por parte del mundo desarrollado. Esto hará que los precios de las mmpp estén en niveles superiores a los que han estado en la última década, presionando las inflaciones al alza, piensan en Solventis. A ello hay que unir que, tras los fallos en las cadenas de suministro, han surgido problemas para los productores y va a haber cambios en la manera de abastecer industrias, repatriando partes del proceso productivo a un entorno más local, haciendo que los costes también aumenten. “Creemos que la inflación no será transitoria”, añade Lizán.

Carlos Gil alude al término de estanflación -aumento de la inflación sin crecimiento económico- en referencia a la opinión de Bank of America en contraposición al concepto de inflación pasajera acuñada por la Fed. En este sentido, lo que sí está claro es que el petróleo seguirá siendo una materia prima esencial para la recuperación económica, aunque Sergio Ávila también valora positivamente el aumento de la demanda del uranio.

Sara Carbonell matiza y cuenta que “cuando por fin veamos el tapering, podría haber un ajuste de la demanda a la baja por parte de EEUU”. Los precios del crudo dependerán de la oferta y hay que estar atentos a lo que ocurra con las sanciones de Irán. Además, explican desde CMC Markets, la política de los bancos centrales y, en concreto, la debilidad el dólar, ha encarecido las materias primas, especialmente el oro.

Dentro del sector energético en España, desde Solventis apuestan por Applus, Técnicas Reunidas y Tubacex; compañías que pueden vivir un buen momento en los próximos dos años, aunque recuerdan que “deberán utilizar los recursos que consigan en estos dos años para reconvertirse hacia otras energías como el hidrógeno o las renovables”.

Divisas

Lo cierto es que el dólar ya comienza a mostrar signos de recuperación y, en parte, se debe a que el mercado ya descuenta una subida de tipos, quizá antes del 2023. Habrá que esperar al simposio de Jackson Hole, que se celebrará entre los días 26 y 28 en formato presencial, para poder sacar conclusiones. Aunque Carlos Gil, en base a que la caída del dólar es consecuencia directa de la política monetaria, no ve tan claro que la Reserva Federal tenga controlada la situación, “aunque quieran aparentar que sí, mi impresión es que se les puede ir de las manos en cualquier momento… si no se les ha ido ya”. Sin embargo, Lizán se posiciona en el lado opuesto: “el drenaje de liquidez del sistema llevará consigo la repatriación del capital a EEUU con una consecuente demanda de dólares”. Desde IG recuerdan que el “dólar va a debilitarse el tiempo que quiera la Fed”.

Activos digitales

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