
Con la campaña 2025 en marcha y los datos actualizados del Grupo Internacional de Estudio del Plomo y el Zinc (ILZSG) sobre la mesa, la realidad del mercado parece clara: tanto el plomo como el zinc enfrentan superávits de oferta que están reconfigurando el panorama para los operadores y gestores financieros.
Esta situación no solo cambia las estrategias de inversión, sino que también altera las perspectivas de recuperación para dos metales fundamentales en la industria mundial.
El impacto del superávit en el mercado del zinc
La evolución reciente del zinc ha sido un reflejo claro de cómo un exceso de oferta puede hundir la confianza del mercado. A pesar de un pequeño rebote en los precios desde los mínimos de un año, el zinc sigue registrando una caída de más del 11 % desde principios de enero, situándose en torno a los 2.636 dólares por tonelada métrica.
La dinámica no ha sido la esperada. Durante 2024, se pensaba que la producción minera limitada mantendría un mercado ajustado. Sin embargo, el panorama cambió drásticamente. El ILZSG estima ahora que en 2025 habrá un superávit de 93.000 toneladas de zinc, apoyado por un crecimiento del 4,3 % en la producción minera global y un incremento del 1,8 % en la producción de metales refinados.
Un mercado que no absorbe la nueva oferta
La debilidad en la demanda añade más presión a este escenario de sobreoferta. Aunque se esperaba una recuperación, el consumo de zinc crecerá apenas un 1 % este año, una cifra inferior a las expectativas de finales de 2024. Esta cifra pone en evidencia los problemas del sector de la construcción, especialmente en China, donde el acero galvanizado —principal destino del zinc— enfrenta una desaceleración marcada.
Con los fondos de inversión reduciendo sus posiciones largas de forma drástica y aumentando las cortas, el mercado del zinc sigue en transición hacia un entorno de precios más bajos, lo que invita a los inversores a extremar la cautela antes de apostar por una recuperación.
Situación actual del plomo: resistencia con matices
Aunque el mercado del plomo presenta algunas diferencias con el del zinc, también está atrapado en un ciclo de exceso de oferta que pesa sobre su precio. El plomo, impulsado en gran parte por la demanda de baterías para automóviles, enfrenta una situación particular donde el reemplazo de baterías sigue siendo un factor de soporte, pero no suficiente para evitar un superávit.
El ILZSG prevé que el mercado del plomo tendrá en 2025 un exceso de oferta de unas 82.000 toneladas. Este será el tercer año consecutivo en que el plomo sufra un desequilibrio a favor de la oferta, lo que no hace sino reforzar las posiciones bajistas en la Bolsa de Metales de Londres (LME).
Fondos bajistas pero con cautela
A pesar de estos datos, el precio del plomo ha mostrado una resistencia relativa. A principios de 2025, tras un repunte que quemó a muchos inversores bajistas, el mercado ha vuelto a ver una intensificación de las posiciones cortas, con más de 23.000 contratos netamente en venta. Sin embargo, la resistencia del precio sugiere que podría haber un límite a cuánto más pueden empujar los bajistas.
La prima del zinc sobre el plomo también ha experimentado una contracción significativa, lo que refleja un cambio en el sentimiento relativo hacia ambos metales. Aunque el zinc enfrenta ahora un ciclo bajista más agresivo, el plomo, gracias a su fuerte demanda de sustitución de baterías, podría resistir mejor en un contexto de turbulencias macroeconómicas.
Factores estructurales que explican la debilidad de ambos metales
El contexto estructural ayuda a entender por qué la oferta de plomo y zinc ha superado con creces la demanda. En el caso del zinc, la debilidad de la construcción global, las políticas de vivienda restrictivas en China y las moderadas perspectivas de crecimiento mundial son factores que han limitado su consumo.
Para el plomo, la transición hacia vehículos eléctricos presenta un desafío a largo plazo, ya que estos utilizan baterías más pequeñas y de menor demanda que los automóviles de combustión interna. Aunque el reemplazo de baterías en flotas existentes sigue siendo alto, el crecimiento neto del mercado se enfrenta a obstáculos estructurales que podrían seguir limitando su expansión.
Expectativas para el resto del año
Con un exceso de oferta consolidado y expectativas de crecimiento de la demanda muy moderadas, todo apunta a que los fondos de inversión seguirán manteniendo una postura prudente o claramente bajista frente a ambos metales. En el caso del zinc, el riesgo de caídas adicionales parece más pronunciado debido al reciente giro en la dinámica de oferta y demanda.
Para los inversores, el mensaje es claro: los fundamentos de mercado no ofrecen, de momento, razones sólidas para esperar una recuperación sostenida en los precios. Si bien rebotes puntuales pueden producirse por factores técnicos o correcciones temporales, el escenario principal sigue siendo de presión a la baja.
En este entorno, la gestión de riesgos se vuelve fundamental. Comprender los fundamentos subyacentes y no dejarse llevar por movimientos de precio aislados puede marcar la diferencia entre una estrategia de inversión sólida y una exposición excesivamente arriesgada.

