Credit Suisse, el segundo banco más importante de Suiza, ha reconocido que en el tercer trimestre obtuvo un beneficio neto de 718 millones de euros, un 24 % menos que en el mismo periodo de 2014 y por debajo de los 847 millones que esperaba el consenso. Tanto la división de gestión de fortuna como el banco de inversión sufrieron el impacto de una bajada de la actividad comercial y unas condiciones de mercado adversas.


Ante el empeoramiento de su negocio, para reforzarse
Credit Suisse está pensando captar recursos en el mercado, mediante una ampliación de capital de 5.570 millones de euros. Esto supondría aumentar la capitalización en más de un 10%, con la consecuente dilución que tendrían que asumir los actuales accionistas. La operación se realizaría en dos partes. En la primera se ampliará el capital por 1.245 millones de euros gracias a la adquisición de 58 millones de acciones nuevas a un valor nominal de 4 céntimos de franco por título (3,7 céntimos de euro) por parte de inversores cualificados que se han comprometido a comprarlas. Posteriormente se realizará un segundo aumento de 4.335 millones de euros ofreciendo a sus actuales inversores derechos de suscripción preferente. En esta segunda fase, Credit Suisse tiene la intención de emitir hasta 260.983.898 de nuevas acciones nominativas a un valor nominal de 0,04 francos por título (0,37 euros).

Asimismo, el banco suizo también ha indicado que pretende reducir sus costes en 3.225 millones de euros desde ahora hasta 2018.

Evidentemente no gusta a los accionistas, que castigan a Credit Suisse con una caída del 3,50%. El precio se ha ido por debajo del soporte de los 25 euros (retroceso del 38,2% de Fibonacci) y también está jugándose el soporte de los 24 euros, cumpliendo con los objetivos que le marca la directriz bajista que nació en agosto. Si cierra por debajo de 24 euros corre el peligro de caer hasta los 22,50.

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El sectorial bancario europeo está tocado
Credit suisse está contribuyendo a que el índice sectorial bancario europeo, el Stoxx 600 Banks, dibuje una importante vela bajista que confirma la resistencia que tiene sobre los 195 puntos, precio que coincide con el retroceso de Fibonacci del 61,8%. Además, por encima de este precio tiene una resistencia aún más importante, “en los 200 puntos, zona de línea clavicular de la figura de H-C-H invertido que está dibujando”, dice José Luis Cárpatos, analista independiente.

Hoy prácticamente todos los componentes del índice sectorial bancario europeo cotizan en negativo. Sólo se salvan cinco y, entre ellos, dos españoles, Bankinter y Sabadell, que rebotan tras caer ayer con fuerza, especialmente el segundo. Entre los más penalizados se encuentran Credit Suisse (-3,50%), Nordea (-4,93%) y Banco Com. Portugues (-6,19%). Por cierto, Nordea también ha presentado unos resultados defraudadores, pues en el tercer trimestre el banco sueco ganó 780 millones de euros, un 17 % menos que en el mismo periodo de 2014, debido a un descenso de la actividad en los meses de verano y a un débil crecimiento en los préstamos. Esos factores también lastraron sus ingresos, que cayeron un 18 % hasta 2.253 millones de euros.

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