
Las inversiones en fondos del Tesoro tokenizados han captado la atención del sector porque combinan la seguridad de los activos públicos con la agilidad y trazabilidad de la tecnología digital.
Este auge ha sido interpretado como una señal de que los inversores ya han empezado a dar pasos hacia la integración definitiva de las finanzas descentralizadas con la infraestructura financiera tradicional.
Una alternativa a las stablecoins con más rendimiento
Los operadores de criptomonedas han protagonizado buena parte de esta tendencia al ver en los fondos del Tesoro tokenizados una opción más interesante que las tradicionales stablecoins. Hasta ahora, estos tokens estables han servido como aparcadero de liquidez, pero su principal defecto ha sido la falta de rendimiento.
En cambio, los fondos del Tesoro tokenizados han ofrecido rentabilidad al mismo tiempo que mantienen la facilidad de uso y la rápida disponibilidad que los usuarios valoran.
Los datos recientes han mostrado que los activos gestionados en estos fondos han alcanzado los 7.400 millones de dólares, lo que representa un aumento de casi el 80% en lo que va de año. Firmas como BlackRock, Franklin Templeton y Janus Henderson han triplicado sus activos combinados, lo que demuestra el entusiasmo generalizado por este nuevo tipo de instrumento financiero.
Una herramienta para mejorar la gestión de garantías
El crecimiento de las inversiones en fondos del Tesoro tokenizados también ha respondido a su uso como garantía en operaciones con derivados. Esta utilidad ha permitido que los operadores puedan cumplir llamadas de margen de manera más rápida y sencilla, sin depender de los horarios de bancos o bolsas tradicionales. Este aspecto ha resultado especialmente atractivo para quienes participan en los mercados de criptomonedas, donde la actividad no se detiene los fines de semana ni fuera del horario comercial habitual.
Empresas como Digital Asset han señalado que la posibilidad de movilizar garantías con la misma agilidad que otros activos digitales generará eficiencias operativas y reducirá los costes de forma notable. De hecho, Wall Street ha demostrado su interés en este enfoque, participando en rondas de financiación millonarias para compañías que desarrollan infraestructuras para activos tokenizados.
Ventajas de la tokenización en el mercado de deuda
La tokenización de fondos del Tesoro ha modernizado un producto históricamente conservador, dotándolo de las ventajas de la blockchain: transparencia, liquidación casi instantánea y reducción de intermediarios.
Este cambio ha permitido que las operaciones se ejecuten en minutos, en lugar de días, lo que además de agilizar la gestión ha disminuido los requerimientos de capital para las partes implicadas.
El mercado tradicional estadounidense de fondos del Tesoro mueve aproximadamente 7 billones de dólares. Según estimaciones de consultoras como McKinsey, la tokenización de bonos, fondos y otros instrumentos podría alcanzar en los próximos años un valor de 2 billones, lo que confirma el potencial de crecimiento que todavía queda por explorar en este segmento.
La apuesta de los emisores de stablecoins
Otro motor de este auge ha sido la decisión de los propios emisores de stablecoins de invertir las reservas que respaldan sus tokens en activos del Tesoro tokenizados. Este movimiento ha tenido sentido para ellos, ya que han buscado maximizar la rentabilidad de esas reservas sin comprometer la calidad de los activos subyacentes.
Un ejemplo claro ha sido el fondo tokenizado de Janus Henderson, respaldado en gran parte por Sky Money, uno de los principales emisores de stablecoins a nivel global.
Este comportamiento ha reforzado la percepción de que los fondos del Tesoro tokenizados son una evolución natural para quienes ya estaban familiarizados con las stablecoins, pero necesitaban un mayor nivel de rendimiento y seguridad en sus inversiones.
A pesar del notable crecimiento de las inversiones en fondos del Tesoro tokenizados, no todo han sido avances sin contratiempos. Expertos del sector han señalado que todavía existe una falta de liquidez significativa en los mercados secundarios, especialmente fuera de los días hábiles. Este factor ha hecho que algunos inversores los perciban aún como un complemento, más que como un sustituto definitivo de los bonos tradicionales en efectivo.

