Lluis Furnells repasa una carrera profesional que comenzó en Banca Catalana. Desde sus inicios, su inquietud por la tecnología marcó su camino. Fue un libro sobre informática el que despertó su vocación, y sin experiencia previa, pidió ser trasladado al centro de proceso de datos del banco: “Si usted me da la oportunidad, yo estudiaré y trabajaré y seguro que no le haré quedar mal”. Allí comenzó manipulando fichas perforadas y cintas de papel, en una era de ordenadores IBM de grandes dimensiones y sistemas mecánicos..
Tras su paso por Banca Catalana, fue fichado por EDS, la empresa de Ross Perot, para abrir su oficina en Barcelona. Más adelante, se trasladó a Madrid para integrarse en el equipo del National Westminster Bank en la joint venture con la Banca March. En los años siguientes, Furnells desempeñó responsabilidades en Caja Postal, donde lideró un proyecto para laboralizar la banca pública, y luego en La Caixa, donde participó en la fusión de las estructuras informáticas de varias entidades.
Su vocación emprendedora no siempre tuvo éxito. Intentó fundar una empresa de alicatados y, más tarde, lanzó Lucarit, una firma tecnológica que sí logró consolidar. Esta experiencia culminaría en su entrada en Grupo Oesía en 2012, justo tras la crisis financiera de 2008, cuando la compañía, vinculada entonces a Banca Cívica, atravesaba una “situación financiera complicada”, admite. Ante el reto, elaboró un plan de viabilidad que permitió preservar los empleos de 2.600 personas. La refinanciación bancaria en 2015 dio paso a un management buyout, con el que Furnells asumió el control. “Conseguimos explicarles a los bancos que teníamos un plan... en lugar de repartir dividendos, invertiríamos”.
Actualmente, Grupo Oesía es una empresa 100% española, privada e independiente, con más de 3.700 empleados y una facturación anual de 325 millones de euros. Su estrategia se basa en cuatro pilares: hiper-especialización, inversión en tecnologías disruptivas, acuerdos con grandes plataformas tecnológicas globales e internacionalización. “Nosotros hacemos pocas cosas, pero tratamos de hacerlas bien”.
Una de sus mayores prioridades es la atracción y fidelización del talento, clave para la competitividad tecnológica. “El talento se mueve por proyectos. Si Alemania o Francia ofrecen mejores proyectos, se van”, asegura. Oesía invierte más de 2 millones de euros anuales en talento joven, y también senior. “Aquí tienes el derecho, y el deber, de equivocarte, porque si no te equivocas no vas a aprender”.
Furnells subraya la cultura empresarial de Oesía como una de sus grandes fortalezas: “Es fundamental para nosotros ser transparente con nuestra gente. Somos una empresa con propósito. Nuestra gente no solo trabaja, sino que lo hacen para contribuir a hacer un mundo mejor, más eficiente, seguro y sostenible”. La diversidad también es central en su modelo, ya que en su plantilla hay 46 nacionalidades. “Lo más importante de todo es que tenemos buena gente... Partimos de la base de que si tenemos buena gente, haremos buenos profesionales”.
En el ámbito de la inteligencia artificial, han desarrollado su propia herramienta de IA generativa, Oesía Knowledge Management , diseñada para trabajar con datos propios y sanitizados. Sobre los riesgos de la IA, Furnells advierte que “la decisión final la tiene que tomar el ser humano”.

