Uno de los detalles que muestran el agotamiento en los mercados es que ante la publicación de datos macro positivos las bolsas no reaccionen. Así ocurrió ayer, los índices estadounidenses cerraron en negativo tras conocerse las nuevas medidas de estímulo del BCE. Algo muy significativo, si tenemos en cuenta que el motor del último rally alcista ha sido precisamente las expectativas de nuevos estímulos, creadas por Mario Draghi en encuentro de Jakson Hole.
Desde el punto de vista técnico es donde aparecen más dudas, si observan el gráfico del S&P 500, podrán comprobar cómo al llegar a la barrera psicológica de los 2.000 puntos tiene problemas para continuar subiendo.
Lleva nueve días dejando velas con forma de Doji sin conseguir un cerrar por encima de este nivel.
Además, los máximos alcanzados recientemente, muestran una clara divergencia bajista en el índice de fuerza relativa (RSI). Mientras los precios marcan máximos crecientes, el oscilador empieza a marcar máximos decrecientes al llegar a la zona que disparan las alarmas de sobrecompra.
El buen tono de la economía estadounidense lo vienen confirmando desde hace tiempo sus datos macroeconómicos y desde el punto de vista técnico, los inversores pueden estar tranquilos mientras el S&P 500 no perfore a la baja los 1.900 puntos. Pero los especuladores de más corto plazo deberemos estar atentos a su primer soporte situado en los 1.980 enteros, si este nivel es perforado a la baja, dejaría un objetivo de precios hasta el segundo soporte, que está situado en torno a 1.950.
Un poco más abajo, por la zona de los 1.925 puntos, pasa su línea de directriz alcista de corto plazo. Si finalmente acaba produciéndose una corrección de corto plazo y el S&P 500 se acerca a la zona de los 1.900 enteros, tendremos la oportunidad de subirnos a la tendencia alcista de largo plazo con un riesgo bastante limitado.