Este jueves 24 de marzo se cumple un mes de la invasión rusa en Ucrania. Un conflicto bélico que ha revolucionado al mercado, causando mucha volatilidad e incertidumbre entre los inversores. La renta variable llegaba a caer un 20% y estamos viendo fuertes movimientos en los precios del crudo, que ha subido en algún momento de este mes de guerra hasta superar los 130 dólares. 

Unos movimientos que también se trasladan a los metales. Este jueves, el oro al contado cede a esta hora un 0,12% hasta los 1.941,88 dólares mientras que los futuros del oro suben un 0,23% en los 1.941,65 dólares la onza. 

"Los conflictos no le gustan a nadie y menos a los mercados", explica Raquel Herrero, analista de metales preciosos en Coininvest. En la Bolsa se producen movimientos masivos de liquidación de capital y se mueven muchos activos a lo que es físico y el volumen de venta de metales físicos, como el oro, se ha multiplicado, con compras muy importantes, apunta la experta. Algo que se ha dejado notar con fuerza desde la entrada de las tropas rusas en Ucrania. 

El oro está considerado el valor refugio por excelencia. En este sentido, Herrero pone el ejemplo de lo que está pasando con toda la población ucraniana, millones de personas, que están saliendo de su país con lo puesto. Cuando llegan a otros países de Europa no lo tienen fácil para cambiar el poco dinero que tienen el bolsillo, En cambio, el oro físico es el dinero en sí, "la pieza es el dinero, es muy fácil llegar a algún sitio y venderla o cambiarla; es lo que hace que sea considerado el valor seguro por excelencia. 

Se habla mucho también de las criptomonedas y el papel que están jugando en esta guerra, por ejemplo para hacer criptodonaciones a Ucrania. Pero hay que tener en cuenta también algunas particularidades que diferencial al oro de las criptomonedas. Lo primero, es que los criptoactivos no son físicos, como sí lo son los metales. Además, todavía están poco reguladas y "son muy volátiles, son inestables y son muy jóvenes", apunta Herrero.

El gran problema, añade además, es que mucha gente entra en el mundo de las criptomonedas y tiene muchos conocimientos de tecnología pero carece de preparación económica y "no hay que confundir lo uno con lo otro porque conlleva cierto riesgo", advierte la experta.