En un esfuerzo por estimular la economía de la zona euro, el Banco Central Europeo ha decidido recortar el tipo de interés de los depósitos del -0,40% al -0,50%, además de reiniciar su programa de expansión cuantitativa con 20.000 millones de euros de compras al mes, ligeramente inferior a las expectativas del consenso.

Sin embargo, la promesa de mantener las compras hasta que los tipos de interés vuelvan a subir es más generosa de lo que los mercados esperaban. De acuerdo con las expectativas de los mercados monetarios para la próxima subida de los tipos de interés, esto significaría una mejora de la calidad hasta 2026.

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 A pesar de ello, parece que los mercados se han sentido decepcionados con las medidas adoptadas. El rendimiento de la deuda pública alemana es más alto que antes de la reunión (los precios han bajado), mientras que el euro ha subido frente al dólar estadounidense y la libra esterlina.

En su última reunión sobre política monetaria, el presidente del BCE, Mario Draghi, citó las rebajas en las previsiones del organismo de crecimiento e inflación como la razón principal para volver a poner en marcha un QE, tan sólo nueve meses después de la finalización del anterior programa.

En su penúltima reunión, Draghi ha hecho referencia a un mayor riesgo geopolítico y a la guerra comercial entre EE.UU. y China. Esto supone un problema, ya que el uso de los tipos de interés y la mejora de la calidad no pueden afectar el resultado de las conversaciones comerciales entre ambas potencias.

Una política monetaria más flexible podría fortalecer la demanda interna para compensar la debilidad de la demanda externa, pero con el crecimiento de la economía nacional en línea con la tendencia, las medidas adoptadas hoy por el BCE tendrán, en el mejor de los casos, un pequeño impacto positivo.

El cambio de orientación del BCE también es significativo. Los tipos de interés se mantendrán en su nivel actual o a un nivel inferior hasta que la inflación vuelva a acercarse, de forma sostenible, al objetivo del 2% marcado por el BCE, pero por debajo de éste.

Draghi será recordado para siempre por hacer "lo que sea necesario para salvar al euro" durante la crisis de la deuda soberana. Y la introducción de una política monetaria atípica en el BCE, que la mayoría pensaba que no sería políticamente tolerada. Sin embargo, también será recordado por los inversores y ahorradores por no subir los tipos de interés durante su mandato.

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Según Azad Zangana, estratega senior para Europa de Schroders: "Veremos si a la nueva presidenta Christine Lagarde le va mejor, pero una cosa es segura: el camino para una política más flexible ya está trazado, y se seguirá durante algún tiempo"