Igualmente, el peso argentino perdió un 40% de su valor, aunque en este caso los tipos de interés aumentaron al 60%. Argentina recibió un plan de rescate de 50.000 millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional, que anunció a finales de agosto que Argentina disfrutaría de su apoyo total. Por su parte, el real brasileño estuvo bajo una fuerte presión. Las elecciones son inminentes y los inversores están esperando al margen. Virtualmente ninguna divisa emergente ha salido ilesa.

La administración estadounidense está preparando más medidas punitivas para China por un valor total de 200.000 millones de dólares, provocando incertidumbre en los mercados mundiales de renta variable. Frente a este contexto, el anuncio de un acuerdo entre México y Estados Unidos para sustituir al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) está teniendo poca influencia en los mercados. El petróleo, el gas y el carbón siguen cotizando cerca de sus máximos en muchos años. Imaginemos el efecto en los resultados de todas las compañías que tienen costes de producción más bajos gracias a una caída de las divisas locales y venden sus productos en euros o en dólares. Ahora mismo, nadie está interesado en ello, con las operaciones impulsadas por el sentimiento en vez de por los fundamentales. No es de extrañar que las divisas estén cotizando a la baja. La confianza afecta al sentimiento. Pero, como sabemos, los inversores después se remiten a los fundamentales y estos favorecen a muchos mercados emergentes.

Creemos que la corrección experimentada por muchas divisas emergentes es exagerada y esperamos una recuperación. Si Estados Unidos y China se sientan juntos en la mesa de negociaciones, podría ser la chispa para una mayor aceptación del riesgo en todos los mercados de riesgo. Podría alcanzarse un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que refuerce el apoyo de este organismo hacia Argentina. Las estadísticas recientes de flujos de fondos muestran todavía ligeras entradas en bonos en divisa fuerte. Los resultados empresariales siguen siendo sólidos en la mayoría de los casos. Turquía seguirá siendo vulnerable. Sin embargo no es improbable que nuevos episodios de debilidad desencadenen un incendio como el que vimos en agosto. La cotización de los bonos chinos permaneció estable en agosto a pesar de todas las debilidades del mercado. Ya estamos viendo nuevas emisiones de bonos y la presión vendedora está apagándose. Esto representa un buen punto de entrada para un cambio de tendencia.