Recientemente hemos visto cómo las autoridades supervisoras de EEUU han impuesto abultadas multas a entidades financieras americanas que operan en su territorio por mala praxis en sus actuaciones,   siempre en contra del cliente de las mismas. Se podría decir que los americanos no se andan con chiquitas y acudiendo al refranero español: "
cuando la barba de tu vecino veas cortar, pon la tuya a remojar “. Estas actuaciones deberían de servir para modificar los malos hábitos y formas de actuar a la banca española instalada en el país
, ya que aquí todo sigue igual y no hay peligro . De toda la vida,  la confianza y la confidencialidad siempre han sido el marchamo de la banca en sus actuaciones con los clientes. Quedan ya muy lejos los tiempos en los que la banca repartía a sus empleados - nada más darlos de alta su libro de estilo- un bien intencionado folleto resumen y compendio de las formas con las que  debían actuar sus empleados, donde quedaban muy bien la ética y las formas. También se repartía una libreta de horas extra para que se anotaran las horas hechas fuera del horario laboral ¿Se imaginan para que servía?.

¿Dónde han quedado esas prácticas hoy en día? La mala praxis de la banca española entiendo que no hay que explicarla, estafas como las preferentes no hubieran tenido cabida en el sistema americano, sus promotores y los supervisores estarían hoy entre rejas, pero España es diferente y los culpables, cuando se trata de bancos, pocas veces saldrán inculpados. Tampoco el empleado de contacto puede hacer nada para paliar estas situaciones o denunciarlas, so pena de perder su empleo dado que lo que prima es vender aunque se esté estafando o no explicando totalmente las características o riesgos del producto al cliente de toda la vida, el que confía en la entidad y sus personas .

Cada parte debe cumplir con su función y las leyes deben de proteger al más débil y regular el negocio. Los supervisores deben de ser independientes y no subrogados a la voluntad del poder político-. Pero lo que es más importante, los participes en el negocio deben de contemplar unos principios éticos fundamentales porque se trata de un negocio que se basa en la confianza de sus clientes con la entidad ( es vergonzoso conocer los coreos del Sr. Blesa y algunos de sus directivos mofándose de sus clientes). La cultura ética corporativa que está establecida en la banca española sus leyes regladoras y sus supervisores dejan mucho que desear, y si nos remitimos a los ejemplos recientes pocos son los presidentes de caja que han sido o están en trámite judicial, los poco avezados son los únicos pillados, el presidente vendedor de coches de la CAM puede ser uno de ellos pero el tiempo dirá si sus directivos y su consejo de administración no se salen de rositas como todos los demás.

Vemos continuamente cómo los clientes no cuentan ni tienen casi nadie que les defienda ¿por qué?¿quién se atreve con la maquinaria de un banco? En vez de ser una prioridad parece que sean un mal necesario dado que les abastecen de liquidez por que la del BCE solamente no es suficiente. Las cuentas de los mismos son continuamente saqueadas con el beneplácito del BdE como primer supervisor y como autorizador de comisiones y con un único fin recaudatorio para las cuentas de beneficios de la propia entidad, el último ejemplo digno del cuadro de honor es su rescate con el dinero de todos y la privatización de sus beneficios.

Otro elemento que no funciona debidamente es la comunicación e información corporativa ni de la propia entidad hacia el mercado e inversores y la comunicación con los clientes se reduce prácticamente a un tablero de anuncios que está en un lugar casi siempre inaccesible, la comunicación al mercado del valor es como se comprueba con los test de estrés deficiente y poco clara, la situación de morosidad actual hace que estén en quiebra no técnica sino real y nadie obliga a sus accionistas a reflotar con su capital a las entidades o liquidarlas como en el mercado americano

Rafael Montava Molina
[email protected]
Consultor Financiero Empresarial