Lo que haga en una sesión es intrascendente. Referirse sólo al mercado español es autolimitarse “y no darse una referencia tal y como funciona el resto de mercados del mundo”. El Ibex35 estuvo en 16.000 puntos “y si ahora está en 10.000 tendría que subir un 60% para tener el mismo nivel, pero también ha trancurrido un tiempo”. Sin embargo, también recuerda que el selectivo español estuvo en los 13.000 y si Telefónica está por debajo del precio que tenía en el 2000 “resulta que la bolsa española sigue globalmente bajista”. Algo que “es una evidencia histórica de dónde se estaba y dónde se está”. Si la referencia se extiende más a Alemania “tiene un valor deflactado cero y si hacemos referencia a Deutsche Telecom, tiene el mismo camino.”

Hacer referencias al índice para luego actuar en Gamesa es una falacia de carácter absoluto “porque cada preciograma tiene su razón y ser y sobre él es sobre el que hay que poner el dinero y actuar ya que tiene unas configuraciones geométricas únicas”.

E incluso los precios de los dos gemelitos que también ahora hay otros dos gemelitos que los utilizan para engañar al gran público “Repsol y Telefónica los han estado sujetando para disimular al Ibex35 pero el sistema bancario, sobre todo el de segunda división, sigue siendo bajista”. Del Castillo reconoce que las estructuras del estado, la deuda que tiene contraída el país, supera los 4 billones “pero luego hay otra parte de deuda que supondrá un lastre tremendo”.

Respecto al suelo de los mercados, en el espacio temporal de la serie es el mínimo absoluto. La profundidad respecto a los máximos conseguidos se puede medir con cierta aproximación “utilizando la ley universal del módulo de Elliot, la lay universal de la proporcionalidad, que se puede cuantificar en 0.382 y 0.618 y vuelta al origen”.

Respecto a la correlación de los mercados, este experto reconoce que “cuando se pone dinero se hace a nivel mundial y cuando se pone papel, también”. Otro de los grandes principios de aplicación es que el concepto de la tendencia lleva implícita la teoría de la direccionalidad: la mayoría de las series que ponderan como subyacentes las controlaban. La correlación la asimila a un rebaño “pues se hace mejor el seguimiento a un rebaño que a una oveja, que puede estar descarriada”. Y el seguimiento de un rebaño conlleva al éxito.