En un contexto como el actual de volatilidad e incertidumbre, ¿por qué los inversores deben tener en cartera emergentes?

Muchos inversores ya están invertidos en mercados emergentes. La renta variable de mercados emergentes representa casi el 12% o el 13% del índice global. Por lo tanto, están en las carteras de los inversores.

Creo que la volatilidad y el entorno de mercado actual son contextos difíciles para calcular cuánto se debería invertir en mercados emergentes. Estamos en un período muy volátil en este momento. Creemos que se está generando mucho valor con el reciente sell-off pero hay mucha incertidumbre en torno a la situación geopolítica. Los problemas subyacentes en los mercados emergentes hacen que los inversores deban ser más cautelosos a la hora de asignar sus activos y clases.

¿Qué estrategias están adoptando para intentar lograr rentabilidades mientras muchas divisas locales sufren y el dólar sigue muy fuerte?

No solemos cambiar nuestras carteras. Lazard Asset Management ofrece una amplia gama de estrategias en mercados emergentes para diferentes perfiles de inversores.

Tenemos las siguientes estrategias:

  • una estrategia de valor relativo que analiza el desarrollo de productos financieros en base al ratio precio-ganancia
  • una estrategia growth que analiza las ganancias de compañías en relación con su crecimiento
  • una estrategia core que analiza diferentes factores antes de decidir sobre las empresas
  • una estrategia cuantitativa que se centra en las acciones subyacentes

Cada estrategia tiene una volatilidad ligeramente por debajo del índice de referencia. Ninguna de nuestras estrategias cubre divisas debido al alto coste de la cobertura y a su función meramente táctica a corto plazo. Si bien tenemos diferentes horizontes temporales, creemos que la selección de un fondo debe adaptarse al horizonte temporal de cada inversor y a su nivel de riesgo.

EEUU está poniendo en práctica política proteccionistas. ¿Los emergentes cree que van a ser los perdedores de esta guerra comercial?

Claramente, 2018 ha sido un año difícil para los mercados emergentes, con profundos sell-off. En cierto sentido, nos recuerda las crisis de 94, 97, 98 y la crisis financiera mundial. El dólar estadounidense ha ejercido una presión muy negativa en los mercados emergentes. Además, han sufrido problemas que no han ayudado, como las sanciones aplicadas a la moneda de Rusia, Turquía, Argentina. Por otra parte, las elecciones han generado mucha incertidumbre, particularmente en Brasil y México.

Creemos que este contexto es una oportunidad para que los inversores hagan una pausa y esperen un entorno más estable. El dólar ha subido dramáticamente y ahora tiende a suavizarse un poco. Todo apunta a que la Reserva Federal suba los tipos de interés en Estados Unidos. Pero parece que va a ser más moderado de lo anticipado por los mercados.

De igual manera, los aspectos geopolíticos de las guerras comerciales han preocupado los mercados. Esperamos que se estabilicen un poco y no sigan presionando el crecimiento mundial y los países emergentes en particular.

¿Cree que la victoria de Jair Bolsonaro va a impulsar a la renta variable brasileña y al real?

Es difícil predecir los mercados a corto plazo. Si analizamos a largo plazo, la clave para Brasil será ver si el nuevo presidente es capaz de implementar las reformas fiscales y monetarias necesarias para mejorar la economía del país y asegurar un crecimiento más estable a largo plazo. Por ello, el gobierno deberá reformar las pensiones, y en particular la reforma laboral.  Estas cuestiones y las medidas adoptadas por el presidente serán decisivas para el crecimiento de la economía brasileña.

¿Cómo ve la situación de Argentina?

Argentina no forma parte de nuestro punto de referencia. Invertimos en algunas compañías en el pasado y seguimos manteniendo algunas en cartera.  

Creo que Mauricio Macri está en una situación difícil. Ha perdido la confianza del mercado por la desaceleración del ritmo de las reformas.

Con tipos de interés extremadamente altos, vemos muchos riesgos en Argentina, pero como en Brasil, el proceso de reforma debe continuar ganando impulso para que el mercado gire.