Este experto recuerda que tanto la economía irlandesa como la portuguesa apenas suponen el 1% del PIB de la UE “mientras que España es el 11.5%, es la última trinchera”. En un supuesto rescate de la economía española, la Unión Europea tendría que desembolsar cerca de 450.000 millones de euros “y tengo ciertas dudas de que el contribuyente alemán esté por la labor”.

A la hora de hablar de sectores que podrían verse claramente afectados por la caída de Irlanda, constructoras y bancos son señalados. Alvargonzález recuerda que “si teníamos una recomendación clara hace meses era la de evitar España. Hablamos del país que más papeletas compró en el tema inmobiliario, que más papeletas compró en hacer locuras en el sistema financiero y al final es obvio que algún día se verán las consecuencias”. Esta experto reconoce que España es el país ladrillero por excelencia en Europa y tiene un sistema formado por bancos que no lo son y que están gobernados por políticos.

Respecto al euro, este experto reconoce que “cuando los problemas de la UE la divisa comunitaria llegó a caer hasta un 5% y ahora hablamos de caídas del mismo porcentaje”. El euro “ha aguantado bien pero hay que tener en cuenta que la FED ha inundado el mercado de dólares y, si no existieran las medidas de QE, el euro habría caído mucho más”. Clarísimamente – prosigue- no hay que hacer nada contra el euro “pues si esto se arregla seguirá subiendo como consecuencia del proceso que ha iniciado la FED”.

A la hora de hablar de las gestoras españolas, Alvargonzález reconoce que “se quiere jugar a todo y no se juega a nada. España debería centrarse en hacer buenos fondos y, en su caso, en Latinoamérica porque es un mercado al que tiene acceso”. Curiosamente, reconoce, no destacamos en ello “ni hacemos mucho por ello. Y es que “las entidades españolas están más preocupadas por colocar depósitos o captar garantizados que por especializarse en hacer fondos lama”.

La recomendación del director general de Profim pasa por “mirar hacia el oeste. Mirar fuera Europa – a excepción de Alemania- y fijarnos en EEUU y Emergentes”. Hay que cambiar el chip “y mentalizarse de que Europa no es el sitio”.