¿Por qué infraestructuras en este momento?

Porque las infraestructuras cotizadas te pueden dar mucha diversificación en la cartera. Tienen unos flujos de caja recurrentes, lo que permite diversificar tus fuentes de ingresos. Además, mucha parte de la recuperación que va a venir en los próximos meses y año viene de mano de las infraestructuras. No nos olvidemos que de aquí hasta 2040 se van a necesitar en torno a 15 billones de dólares en inversión en infraestructuras. Este tipo de estrategias nos permite beneficiarnos diversificando las carteras frente a activos más tradicionales.

En el mundo de las infraestructuras hay mucha tipología, ¿qué tipo de compañías buscan?

Lo que hacemos es invertir en compañías cotizadas. Tienen que tener un dividendo creciente, que no solo paguen un dividendo sino que ese dividendo sea capaz de crecer. Además, tienen que tener infraestructuras que sean físicas, críticas para la sociedad y, sobre todo, con concesiones perpetuas o a largo plazo. Que el dividendo sea creciente, lo que implica es que es una empresa que paga dividendos, en primer lugar, lo que significa que tiene menos capital disponible para crecer, lo que implica disciplina de capital. Si además es capaz de que el dividendo crezca significa que acierta en los proyectos de inversión. Que el dividendo sea creciente da un sesgo a participar en tendencias a largo plazo que van a ser ganadoras. Además, son infraestructuras que usamos todos los días. Son compañías que en épocas de recesión, normalmente, suelen tener unos flujos de caja recurrentes, por lo tanto, sus beneficios no sufren tanto como los del resto de mercado. Muchas veces o caen menos que el mercado, o si por un momento de pánico caen lo mismo, sí tienen una recuperación más rápida. Los mercados ponen en precio rápidamente esos flujos de caja que no han caído. Pensamos que este activo, con las perspectivas de crecimiento de esta recuperación que vamos a tener, es muy interesante para diversificar carteras.

Se fijan mucho en el dividendo, sin embargo este año están cayendo. ¿Cómo gestionan esto?

Efectivamente, ha habido compañías que han recortado dividendos, relacionadas con transpotes y aeropuertos. Lo que pasa es que en estas circunstancias especiales, que determinadas compañías por motivo de prudencia, reduzcan, suspendan o pospongan el dividendo, ahora somos algo más comprensivos porque somos inversores a largo plazo y beneficiarnos de esas tendencias. La mayor parte de nuestras compañías siguen aumentando el dividendo. Hemos aumentando el peso en utilities porque hemos visto precios muy baratos de compañías que no solo están pagando, sino que están aumentando su dividendo. Hay muchos sectores del mercado que sí están haciendo crecer esos dividendos. Seguimos cumpliendo con nuestro objetivo de un dividendo mayor que el de la renta variable en su conjunto. Asumiendo que hay compañías o sectores que sí pueden bajarlo, estamos siendo comprensivos. El grueso de nuestras compañías lo están aumentando, algunas de ellas de forma bastante importante, sobre todo las utilities.

¿Por qué infraestructuras cotizadas? ¿Qué ventaja tienen respecto a las no cotizadas?

Históricamente, invertir en infraestructuras era algo para el cliente institucional. Es decir, grandes planes de pensiones, que querían diversificar sus carteras, tener unos flujos de caja que estuvieran ligados a la inflación. Ahora lo que se ha conseguido con las infraestructuras cotizadas es democratizar la inversión para que cualquier persona pueda participar de esas infraestructuras físicas y de los dividendos. Nosotros tenemos una red en M&G que se dedican a infraestructuras ilíquidas para inversores institucionales. Los dos enfoques son buenos, pero cada cliente tiene unas necesidades.  Hacerlo a través de compañías cotizadas te da una liquidez que el inversor final necesita a la hora de invertir. Es la forma de que cualquiera pueda invertir en este tipo de compañías y de estrategias.

¿Creen que es una temática ganadora a largo plazo? Era de uno de los consensos en las elecciones en EEUU, los emergentes también apuestan por ello…

Norteamérica es nuestra principal zona geográfica aunque muchas compañías son globales. En EEUU lo único en lo que estaban de acuerdo demócratas y republicanos era en que era necesario gastar en infraestructuras. El último boom de infraestructura fue en los 70 y hay que renovar todas las infraestructuras. En Europa toda la recuperación va a venir muy empujada por la transición energética: renovables, hidrógenos, nuevas formas de transporte como el vehículo eléctrico y, sobre todo, temas de comunicaciones como el 5G y las torres de comunicación. Con la pandemia hemos podido seguir funcionando porque había redes de comunicación pero hay que seguir mejorándolas. Emergentes lo intentamos jugar a través de compañías globales porque te permite tener algo más de seguridad jurídica y estás participando del crecimiento, que es exponencial en emergentes. Lo que hacemos es selección pura de compañías. Son globales, en la mayor parte en EEUU. Intentar aprovechar ese impacto de las medidas fiscales que van a  venir tanto de EEUU como de Europa. Pero no solo eso, son tendencia de largo plazo. Según la ONU, el 70% de la población va a vivir en ciudades, por lo que habrá que cambiarlas. Es una tendencia a largo plazo que se va a beneficiar de los estímulos fiscales, pero hay muchas más cosas detrás.

¿Cuál es el asset allocation actual en un año en el que hay infraestructuras sin actividad por el Covid-19?

Lógicamente, esta es una recesión que no ha sido al uso, en el sentido de que todos hemos estado encerrado en casas. Ha habido sectores que han funcionado muy bien, como comunicaciones o salud. Pero otros como transporte y energía que han sufrido bastante. Si estamos en casa nadie coge aviones, ni coches y, lógicamente, el consumo de energía ha disminuido también bastante. Nosotros en el sector de aeropuertos hemos reducido la exposición hasta el 5%. Hemos visto más oportunidades en otros segmentos, principalmente en el de utilities. Ahora mismo estamos en el 36%. Está en la parte alta del rango 20%/40% que nos solemos mover en ese sector. Los beneficios no han sufrido y de cara al futuro es un sector en el que los beneficios son positivos de cara a los próximos meses. Además, hay un gran movimiento hacia la transición energética. De forma sectorial, utilities es el sector donde más hemos estado incrementando a lo largo del año. La mayor parte de las compras realizadas entre marzo y junio ha sido en este sector. Todas están más de un 30% arriba, han funcionado bien.

Apuntan que las infraestructuras diversifican y descorrelacionan, ¿qué porcentaje de la cartera recomiendan tener en cartera?

Lo mejor es que cada cliente lo hable con su asesor. Cada uno tenemos un perfil de riesgo distinto. Respecto al horizonte temporal, invertir en infraestructura son tendencias seculares a largo plazo. La transición energética, por ejemplo, no es algo que vaya a pasar de hoy para mañana. Es una tendencia que pude durar varios años y hay compañías que durante ese periodo se van a beneficiar.