En primer lugar, porque la renta disponible de las familias ha descendido “y demás porque también se ha transformado, lo que antes se servía a restaurantes ahora se vende en supermercados y la gente prefiere comprarlo y consumirlo en casa. Dentro de esta caída del consumo, hay una parte que nos ha favorecido pues el consumidor apuesta por las marcas que garantizan un producto que conoce - no arriesga tanto en las compras- y en nuestra compañía hay marcas que nos permiten satisfacer esa confianza y nos ayudan a crecer en una situación adversa”.
En este escenario, se compensa “la caída del canal hostelería con la buena evolución del sector alimentación. Se discrimina más y una bodega que tiene una Denominación de Origen de alta calidad, hace que la tasa de penetración de Bodegas Riojanas sea muy buena”,
reconoce Frederik E. Artesani, asesor financiero independiente de Frederik E.Artesani EAFI. Y junto a ello, ha jugado un papel importante las exportaciones pues las casas que tienen bajas tasas de penetración en el mercado doméstico se ven abocados a salir al exterior. En el caso de esta compañía –prosigue Artesani- con un producto de calidad y crecimientos constantes a través de la crisis, “les ha permitido tener una estrategia orientada al mercado internacional, diversificarse y los últimos resultados del trimestre así lo demuestran”. No sólo mantienen las ventas domésticas sino que crecen en las exteriores.

Pero ¿en qué mercados está centrada la compañía? Frías reconoce que Estados Unidos es el principal mercado “porque las tasas de crecimiento son a doble dígito y eso se acompaña de un consumo, por parte del mercado americano, en el que no se mira tanto el precio”. En los mercados europeos nos encontramos que son muy maduros y, quizás por ello, los precios son muy competitivos. Mercados como el americano “e incluso el mexicano están en pleno crecimiento por lo que son fundamentales. Sin olvidar otros emergentes como China, que a nivel de Rioja es el octavo importador, Rusia o Brasil que cada uno con sus particularidades darán muchas alegrías”.
La compañía – que ha conseguido refinanciar su deuda y pasar de corto al largo plazo – cuenta con un punto positivo porque “anteriormente quizá hubiese un elemento diferencial donde la financiación era más barata y por otro, las existencias tienen una rotación de 4-5 años y hasta cierto punto tiene sentido casar la madurez de la deuda con la de las existencias, es una forma prudente para financiarse y el éxito está en haber conseguido refinanciar la deuda”, explica el asesor independiente.

El dividendo no se reducirá

Frías reconoce querer seguir retribuyendo a los accionistas, “debemos seguir manteniendo nuestras inversiones y una tercera parte es reducir la deuda. El dibujo a cierre del año quizás sea el más bonito pero la estructura de caja nos permitirá seguir manteniendo inversiones, reducir deuda y mantener el dividendo”.

En este escenario ¿por qué no ha acompañado la cotización? El director general de Bodegas Riojanas reconoce que “los mercados funcionan de forma autónoma y muchas veces independientemente de los resultados de las compañías”. El pequeño tamaño de la compañía y escasa visibilidad de la misma ha hecho que no se haya trasladado a la cotización. Frederik admite además que “la percepción de los activos de riesgo ha sido bastante dura, a raíz de ello se enmarca la caída de la cotización con la de la bolsa española y es cierto que cuando el inversor se vuelve cauteloso se aleja de este tipo de compañías y todavía con una situación de incertidumbre los inversores se centran más en apostar por crecimiento que por valor”. Pero según vaya mejorando la situación, serán todas las compañías las que se beneficien.

No se descuentan ningunas perspectivas de crecimiento, ha mantenido su capacidad de generar beneficios en lo más profundo de la crisis, paga sus dividendos y los mantendrá de forma normalizada pero lo más importante es que el valor que vemos en esta compañía es que tiene una capacidad de generación de ventas estable, que su forma de operar implicará que los márgenes brutos sobre ventas mejorará, que la reducción de deuda llegará a los benericios por lo que estamos ante un año de inflexión para que en los próximos años 2015-2016 tengamos una situación más normalizada pero en un punto más álgido. Esto nos daría un potencial de revalorización del 25-25% pero en cuándo se haga, está la clave.