Entre los puntos principales en que el principio de acuerdo entre Estados Unidos y México, alcanzado el pasado lunes, modifica el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado hace más de dos décadas, está lo concerniente a la industria automovilística.

La regulación para el comercio de vehículos ha sido el principal escollo durante las negociaciones, y es que  los automóviles representan el principal factor en el déficit comercial de 69.000 millones de dólares de Estados Unidos con México, cuya reducción se ha fijado como prioridad la Casa Blanca.

El nuevo acuerdo requeriría que el 75%  de los componentes de los vehículos sea fabricado en Estados Unidos o México, frente al mínimo del 62,5%.fijado en el antiguo Nafta.

Como muestra un botón, este martes, la vasca Cie Automotive cerraba como líder de las ganancias en el IBEX 35 animado por la noticia. Aproximadamente el 20% de los ingresos de esta compañía vasca proceden de Norteamérica, el segundo país que más vehículos produce del mundo, a pesar del descenso del 8% del total de unidades que sufrieron sus fábricas a cierre de 2017 frente a 2016, según los datos de la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos (OICA, por sus siglas en francés):

 

  1. China: 29.015.434 unidades (3,2%)
  2. Estados Unidos: 11.189.985 unidades (-8,1%)
  3. Japón: 9.693.746 unidades (5,3%)
  4. Alemania: 5.645.581 unidades (-1,8%)
  5. India: 4.782.896 unidades (5,8%)
  6. Corea del Sur: 4.114.913 unidades (-2,7%)
  7. México: 4.068.415 unidades (13%)
  8. España: 2.848.335 unidades (-1,3%)
  9. Brasil: 2.699.672 unidades (25,2%)
  10. Francia: 2.227.000 unidades (6,5%)

 

Los automóviles europeos, los más penalizados por Donald Trump

La industria europea acogía este martes la noticia, después de un verano difícil en el que el sector acumula fuertes caídas a nivel anual del -12,08%. Como recuerdan los expertos de Alphavalue, se trata del segundo peor sector europeo tras el sector bancario, después de haberse convertido durante los 8 primeros meses del año en el “chivo expiatorio de Donald Trump”.

“La única luz fue Peugeot, que logró publicar unos increíbles márgenes Ebit en el 1S18, poniendo así en el disparadero a los fabricantes de automóviles alemanes” concluye el informe. Aun así, incluso este momento de felicidad ha sido efímero, con el sector visitando diariamente nuevos mínimos.

La mayoría de voces apunta a que, en una industria tan interconectada en todo el planeta, todos los implicados en una guerra comercial van a ser víctimas. Algo que quedó patentenle tras la fuerte corrección de los proveedores de vehículos, quienes además tienen menos visibilidad política que las grandes firmas del motor.

De hecho, si se mira la industria (fabricantes de vehículos y componentes) durante los dos últimos años, “la prima otorgada a los proveedores de automóviles se evaporó repentinamente en los últimos dos meses”, explican desde Alphavalue.

El sector siempre ha tenido un PER relativamente barato (el PER 2018 está en 7,4x) “debido a su capacidad de ir dando tumbos (aunque nada realmente negativo ha sucedido desde las pérdidas de 2009). En los balances presentados en este 2018 destaca la pérdida de 5 billones de euros en ventas y una caída de beneficios de -3,8 billones de euros.

Precisamente, su fuerte industria automovilística, es lo que a Deutsche Bank hace temer sobre la salud de la economía germana. Alemania sería, según el último análisis de esta entidad, el país europeo más dañado por la guerra comercial entre EEUU y Donald Trump.

Después de una serie de revisiones a la baja por parte de las casas de análisis de valores, el sector –apunta el análisis de Alphavalue- sólo apunta a un potencial al alza del +7% frente al +10% del resto de acciones europeas. “Otros consideran que FIAT CHRYSLER pagó un precio enorme por el repentino fallecimiento de su carismático jefe. Por su parte, DAIMLER, VALEO o CONTINENTAL pueden tener un upside potential del +17% o más”. En este sentido, cabe recordar que Continental analizó la semana pasada los problemas y dificultades del sector, mientras que Daimler ha estado bajo el foco de la manipulación de emisiones. Valeo, por su parte, publicó un conjunto de cifras “decepcionantes”.

Todo ello no ha pasado desapercibido para los inversores, que han penalizado a los valores en Bolsa en los últimos meses.