El drástico agravamiento de la emergencia sanitaria resulta en una pérdida de 140.000 puestos de trabajo en diciembre, el primer retroceso en el número de empleados desde los meses de “hibernación” en marzo-abril. La reducción de plantilla se concentró en el sector servicios, dada la reimposición de restricciones a la movilidad y a la socialización. Por su parte, la tasa de paro se mantuvo estable en 6,7%, mientras los salarios se aceleran levemente hasta el 5,1% interanual. La puesta en marcha de nuevos estímulos fiscales, así como el gradual proceso de vacunación, permitirán reconducir la recuperación del empleo en los primeros meses del nuevo año.

El marcado deterioro de la curva de contagios de Covid-19 y la reimposición de restricciones se traducen en un alto en el proceso de reincorporación laboral: la economía pierde 140.000 puestos de trabajo en diciembre, lo que decepciona frente a las expectativas positivas del mercado (+71.000, de acuerdo a Reuters) y representa la primera contracción en el número de contratados desde abril. De esta manera, el 2020 cierra con 9,4 millones de empleados menos que el año anterior, después de que se perdieran 22,1 millones de trabajos en los meses de hibernación de marzo-abril y se recuperaran un poco más de la mitad desde la reapertura de la economía en mayo.

Entre sectores, la recaída del empleo en diciembre estuvo concentrada en el sector servicios, principalmente en las actividades de ocio y entretenimiento (bares y restaurantes, espectáculos, sitios de recreación, entre otros), que han sido las más afectadas por el despliegue de medidas impuestas a lo largo del país para tratar de frenar el rápido ritmo de contagios, que se ha estabilizado tentativamente en torno a los 250.000 nuevos casos diarios. Asimismo, el sector público reduce nuevamente su plantilla, en parte debido a las menores contrataciones en los centros educativos y, por la otra, por la culminación de contrataciones temporales asociadas a la realización del censo nacional del año pasado. Del lado positivo, destaca la creación de empleo en el comercio, en la industria y en la construcción, sectores que se han beneficiado de la redirección del gasto privado a raíz del menor consumo en servicios, un cambio de hábito producto de la pandemia y del buen momento en la demanda externa de bienes industriales.

Por otro lado, de acuerdo a la encuesta de hogares, la tasa de paro se mantiene constante en 6,7%, el primer mes sin descenso desde abril y aún casi duplicando el registro de diciembre del 2019. No obstante, en el desglose se observan significativas divergencias por grupos de edad (la tasa de paro de los más jóvenes asciende), sexo (el paro entre mujeres asciende mientras entre hombres desciende), raza y nivel educativo, lo que evidencia, una vez más, lo desigual que está siendo el efecto de la crisis sanitaria en el mercado laboral. Esto también se observa en la evolución de los salarios, que registran una aceleración desde 4,4% interanual hasta 5,1%, y refleja la concentración de la pérdida de empleo en aquellas ramas económicas con una menor retribución media. Por su parte, tanto la tasa de participación como la tasa de empleo se mantienen sin cambios en diciembre, en 61,5% y 57,4%, respectivamente. No obstante, al igual que los otros indicadores, el desglose muestra un impacto diferenciado entre los distintos grupos poblacionales. Asimismo, la participación en el mercado laboral apenas ha recuperado 1,3 p.p. desde el inicio de la crisis, lo que refleja los pocos incentivos para buscar empleo, principalmente en aquellos individuos que han permanecido fuera del mercado laboral por un extenso período de tiempo.

En definitiva, los datos de diciembre ponen sobre la mesa el efecto que está teniendo el grave repunte de la curva de contagios en la actividad económica, situación que se traduce en una caída en la demanda de empleo. La contracción en el mercado laboral, sumado a la incertidumbre sanitaria y fiscal, se debería traducir en una nueva contracción en el consumo privado en diciembre, después de que se registrara una caída del 0,4% en noviembre. El continuo deterioro de la emergencia sanitaria apunta a un difícil comienzo de año, que, de agravarse, pudiera significar pérdidas más significativas en el mercado laboral. No obstante, cabe resaltar que, de momento, la intensificación de la crisis parece afectar casi exclusivamente a los sectores de ocio y recreación; el resto de la economía ha mantenido la senda de creación de empleo y crecimiento, así como se evidenció en el avance de las encuestas del ISM en diciembre. Asimismo, el proceso de vacunación (6,6 millones de personas han sido vacunas hasta el 7 de enero) debería permitir un gradual levantamiento de las restricciones en los próximos meses. Por último, la victoria demócrata en las elecciones de dos senadores en Georgia y el consecuente control del partido de Biden de las dos cámaras del Congreso permitirán poner en marcha nuevos estímulos fiscales, después de que se aprobara a finales de diciembre un nuevo paquete por 900.000 millones de usd, equivalente al 4% del PIB. En conjunto estos factores darán un empuje a la recuperación económica y permitirán reconducir el proceso de reincorporación laboral en los próximos meses. Lo importante es que, aunque podamos ver datos flojos de actividad en las próximas semanas, las expectativas para la economía a medio plazo siguen siendo positivas.

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