CANDRIAM, gestor global de inversiones de carácter sostenible y multi activos, se complace en dar la bienvenida a 50 inversores globales que representan más de 4,5  billones $ en activos bajo gestión como signatarios de la Declaración del Inversor sobre Reconocimiento Facial. Aviva Investors, Sycomore Asset Management, Domini Impact Investments y BMO Global Asset Management se encuentran entre los gestores de inversión y los titulares de activos  que han ratificado su compromiso. 

CANDRIAM lanzó la iniciativa en marzo de este año con el fin de abordar los riesgos planteados por los productos y servicios de la tecnología de reconocimiento facial (TFR). Acogida de manera positiva  por los Principios para la Inversión Responsable de Naciones Unidas, la iniciativa invitaba a los  inversores a firmar la Declaración del Inversor sobre Reconocimiento Facial, y a unirse a CANDRIAM  en su compromiso con las empresas en relación con sus actividades TRF y sus políticas de derechos  humanos. En los próximos meses, la Declaración del Inversor constituirá la base de un diálogo con las empresas como parte de un programa de compromiso colaborativo de carácter informado y  constructivo. 

La tecnología TRF en su forma actual corre el riesgo de violar los derechos de la privacidad individual  al carecer del consentimiento de las personas identificadas y de una supervisión oficial. Las identificaciones erróneas son mucho más frecuentes de lo que se podría esperar, y se producen de manera más sistemática entre determinados grupos étnicos, lo que ha ocasionado detenciones ilegales.

Aunque no existe ningún marco global común en relación con la regulación de la recogida de datos biométricos y de su uso, varios estados y ciudades de Estados Unidos han prohibido el uso de la TRF. En Europa, la Comisión de la UE ha propuesto el primer marco legal para la Regulación de la Inteligencia Artificial, y China ha publicado recientemente un borrador estándar sobre los Requisitos de Seguridad de los Datos de Reconocimiento Facial. 

A pesar del hecho de que el mercado del reconocimiento facial es una parte relativamente pequeña del mercado de la tecnología, los gigantes tecnológicos de Estados Unidos y de China han desarrollado  sus propios productos y servicios de reconocimiento facial. Después de dominar la recogida y el  análisis de los datos de comportamiento online de sus usuarios, estas empresas se están trasladando  ahora al mundo físico. Para estas empresas, sus gobiernos o sus clientes empresariales, resulta  importante garantizar que el desarrollo y el uso de la TRF se lleva a cabo de manera ética, con la  regulación y la supervisión adecuadas. 

Como parte de su programa de compromiso más amplio, CANDRIAM ha publicado un documento informativo a principios de este año que proporciona directrices a los inversores sobre los riesgos y las oportunidades de inversión de la TRF y sobre los motores clave que subyacen a la adopción global de  productos TRF. 

Benjamin Chekroun, Proxy Voting and Engagement Analyst en CANDRIAM, declaró: “Las  tecnologías de reconocimiento facial están cambiando nuestras vidas y tienen el potencial de plantear  riesgos reputacionales, operativos y financieros para las empresas, así como riesgos significativos  para los derechos humanos. Resulta alentador que más de 50 signatarios, que representan más de 4,5  billones $, reconozcan su papel en el compromiso colaborativo y colectivo con las empresas con el fin  de garantizar que esta tecnología se utiliza de manera responsable y legal.” 

Louise Piffaut, Senior ESG Analyst, Aviva Investors: "El despliegue y el uso crecientes de las  tecnologías de reconocimiento facial presentan implicaciones para los derechos humanos que no son  tomadas plenamente en consideración por las empresas. Creemos que los inversores tienen un papel  que jugar, junto con los reguladores y los expertos independientes, a la hora de garantizar que las  empresas adoptan las mejores prácticas. Con la creciente evidencia acerca de los potenciales  impactos para la sociedad que puede generar esta tecnología, en especial acerca de la exacerbación  de los sesgos y de la desigualdad racial, las empresas deben divulgar sus procesos y la manera de  evaluar sus impactos sobre los derechos humanos para poder gestionar estos riesgos." 

Marie VALLAEYS, Analyste Spécialiste, Sycomore Asset Management: “Respaldar la emergencia  de un sector tecnológico sostenible y responsable resulta imperativo. Esta es la razón por la que, como  inversores, aplicamos un enfoque específico para garantizar que el desarrollo de la tecnología se  gestiona de manera responsable. El hecho de participar en esta declaración se encuentra  directamente en línea con nuestras áreas clave de atención, puesto que la vigilancia de masas y el  procesamiento de datos biométricos representan riesgos materiales para los derechos humanos.” 

Corey Klemmer, Director of Engagement, Domini Impact Investments: “La tecnología se está  moviendo más rápido que las personas. Las empresas son capaces de desplegar actualmente la TRF  y otras tecnologías biométricas, conductuales y de vigilancia en formas que muchos de nosotros ni  siquiera podemos imaginar. Sin unos procesos suficientes para detectar y remediar cuestiones de  derechos humanos derivadas de esta tecnología y de su modo de utilización, las empresas y sus  inversores continuarán haciendo frente a riesgos significativos de carácter regulatorio, legal y  reputacional.” 

Rosa van den Beemt, VP Responsible Investment Analyst, BMO Global Asset Management: “El  uso acelerado de la tecnología de reconocimiento facial para fines de vigilancia presenta implicaciones  reales para los derechos humanos. Los sesgos raciales integrados, la falta de supervisión regulatoria,  y su potencial uso indebido por parte de regímenes autoritarios ya generan un impacto adverso sobre  personas vulnerables. Para que los inversores sean capaces de cumplir sus propias responsabilidades  en relación con el respeto a los derechos humanos, hacemos un llamamiento a las empresas para que evalúen, divulguen, mitiguen y remedien de manera proactiva los riesgos para los derechos humanos  relacionados con sus productos y servicios de reconocimiento facial.”