En su nota explican que además de sus bajos niveles de valoración, como un PER de 6,9 veces beneficios y la previsión de una rentabilidad de dividendo del 6% en 2018 su diversificación geográfica –que ha sido uno de los lastres de la acción en los últimos años-, es un factor positivo.
Además, explican que “la posición de capital del Santander nos parece sólida (CT1 con Basilea 3 del 11,3% en 2018). Además, la diversificación geográfica, el apalancamiento a mercados emergentes, y unas perspectivas de crecimiento orgánico sólido, son una fuente de fortaleza en este entorno de bajos tipos de interés”. De hecho, consideran que el beneficio por acción crecerá cada año hasta 2018 alrededor de un 9%.
Por todas estas razones mantienen su recomendación de sobreponderar con un precio objetivo de 4,80 euros por acción, lo que implicaría un potencial de revalorización de un 37%.
De hecho, explican que todas estas previsiones hacen que Santander sea su opción favorita dentro de los bancos de la península ibérica.
Santander y brexit
En la entidad han tenido en consideración el efecto que podría tener el brexit sobre el banco. Consideran que la banca británica, entre la que cuentan a la entidad que preside Ana Patricia Botín, “podría restringir los estándares de concesión de préstamos ante la posibilidad de un shock de su economía”.
Ellos esperan una reducción del ritmo de crecimiento de ingresos del banco de un 8% este año, un 1% el año que viene y un 3% el siguiente.
Los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión sitúan al valor en fase alcista, con una puntuación de 1 en una escala que va del 0 al 10. La única ratio que aparece en positiva es el volumen a medio plazo.