Los presidentes de ocho de las principales compañías europeas de energía (Fulvio CONTI, Ignacio GALÁN, Gertjan LANKHORST, Gérard MESTRALLET, Paolo SCARONI, Peter TERIUM, Johannes TEYSSEN, Rafael VILLASECA MARCO[1]) han llamado la atención de los líderes europeos sobre la urgente necesidad de remediar la peligrosa situación a la que se enfrenta el sector eléctrico.

Congregados en Bruselas la víspera de la reunión del Consejo Europeo, que hoy tratará sobre energía y lucha contra el fraude fiscal, las ocho empresas del sector energético citadas han firmado una declaración conjunta en la que se pone de manifiesto la importancia de los desafíos del sector y se proponen acciones adecuadas de política energética. De hecho, la actual falta de visibilidad y certidumbre regulatorias provocará indefectiblemente una paralización de las inversiones que repercutirá negativamente en la seguridad de suministro, el empleo y la reactivación de la economía europea. Mantener el statu quo no es una opción.  

Los firmantes expresan su compromiso con la aspiración europea de una política energética marcada por los principios de competitividad, seguridad de suministro y desarrollo sostenible y también suscriben la necesidad de liberalizar los mercados de energía. Cada uno de estos elementos es fundamental de cara a garantizar una energía competitiva para los clientes industriales y los ciudadanos. Sin embargo, la realidad que todas las empresas han experimentado en los últimos años es que las políticas energéticas tanto de la UE como de algunos estados miembros no han producido todos los beneficios esperados. Concretamente, las empresas europeas del sector energético están experimentando una tormenta perfecta que está poniendo en peligro la seguridad de suministro, la transición a una economía con bajas emisiones de carbono y su capacidad para atraer capital.

No obstante, aún hay tiempo de reenfocar la política energética de la Unión Europea de cara a garantizar a los ciudadanos europeos precios de energía competitivos y seguridad de suministro. Además, estas acciones servirían para restaurar la confianza de las empresas en el mercado europeo de energía. Por supuesto, es absolutamente necesario que el nuevo enfoque europeo continúe apoyando la lucha contra el cambio climático y además debería introducir los siguientes elementos:

 

  1. Una mejora en el diseño del mercado, incluyendo una estrategia europea común sobre mecanismos de capacidad en la que los activos que contribuyen a la seguridad de suministro, en beneficio de los clientes europeos, sean digna y justamente retribuidos.
  2. Un mercado europeo de derechos de carbono capaz de apoyar tecnologías respetuosas con el clima y que ofrezca una perspectiva fiable, principalmente estableciendo objetivos de emisiones ambiciosos pero a la vez  realistas y estables más allá de 2020.
  3. Un enfoque más sostenible de los mecanismos de apoyo a las renovables que reduzca los costes para los ciudadanos y favorezca la convergencia entre los estados miembros.
  4. Fortalecer el marco regulatorio para reactivar las inversiones en tecnologías con futuro, como el almacenamiento de energía, las nuevas renovables, el gas no convencional, la captura y almacenamiento de CO2 y las redes y contadores inteligentes.

 Los presidentes de las ocho compañías de energía confían en que los líderes políticos de la UE asuman la crítica situación del sector. Igualmente, se deberá definir una política energética basada en los elementos incluidos en la presente declaración, que se centran en el papel que juegan las inversiones en el sector eléctrico, no solo para garantizar la seguridad de suministro sino también como  motores del crecimiento económico eficiente mediante la creación de empleo.

 

[1] Representando a las siguientes compañías de energía: ENEL, GASTERRA, GDF SUEZ, IBERDROLA, ENI, RWE, E.ON, GASNATURAL FENOSA.