Los títulos han cerrado con caídas en las últimas cinco sesiones, para borrar las ganancias del pasado 21 de septiembre, cuando se disparó un 9,12% en una jornada alcista para los bancos. Aun así, este repunte fue de mucha mayor intensidad que sus competidores, pero sólo fue un oasis, ya que ha terminado en negativo en 12 de las últimas 14 jornadas.
En total, Popular cede un 10% en el acumulado de septiembre, y el precio de las acciones cae hasta los 1,093 euros, mínimos en precios de cierre del año. El Ibex 35 Bancos, que aglutina a todas las entidades financieras del selectivo, se deja en el mismo periodo un 5%.

El último institucional en endurecer la presión ha sido AQR Capital Management, hasta el 1,63% desde el 1,5%
La caída supone una buena noticia para algunos inversores institucionales, que tienen una apuesta decidida contra el valor. El agregado de posiciones cortas, según la última actualización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se encuentra en el 4,48% del capital, frente al 2,96% con el que se inició agosto y al 3,79% con el que finalizó el mes pasado. Recupera así una tendencia al alza y se va a acercando a los niveles superiores al 6% que tenía cuando se realizó la ampliación de capital de 2.505 millones de euros.
El último institucional en endurecer la presión ha sido AQR Capital Management, hasta el 1,63%. El fondo estadounidense fundado por varios ex de Goldman Sachs eleva la posición corta desde el 1,5%. Los otros dos inversores que aparecen en los registros de la CNMV por tener una posición superior al 0,5% son Marshall Wace con un 0,9% y Samlyn Capital con un 0,54%.
MOMENTO DELICADO
Este miércoles, el inversor mexicano Antonio del Valle presentó su renuncia como consejero de Banco Popular, después de que en los últimos meses se hubiera convertido en una de las voces más críticas con la gestión del presidente, Ángel Ron. Su puesto ha sido cubierto por Jaime Ruiz Sacristán.
Una noticia más que apunta al momento delicado para Popular, uno de los bancos que más está sufriendo el periodo difícil para el sector, con la política monetaria ultraexpansiva del Banco Central Europeo (BCE). La entidad negocia con los sindicatos un ajuste de 2.900 trabajadores. Según los últimos detalles, el objetivo es que sean 1.800 prejubilaciones y 1.100 despidos, lo que afectaría en este último caso al 9% de la plantilla.