Lesiones más frecuentes de hombro, la gran articulación

Un movimiento tan sencillo como rascarse la espalda o lanzar una pelota lo podemos realizar gracias a la articulación del hombro. Esta articulación que une el cuerpo con el brazo está formada por la unión de los huesos de la clavícula, la escápula y el húmero con sus respectivos músculos, tendones y ligamentos formando las articulaciones glenohumeral, acromioclavicular, esternoclavicular y escapulotorácica. Para que el movimiento del hombro sea correcto y armónico, las articulaciones deben funcionar perfectamente. Sin embargo, al ser la articulación más compleja y más móvil del cuerpo, es la más susceptible de sufrir lesiones.

Hay un grupo de tendones muy importantes en el hombro que forman el denominado manguito rotador (por la semejanza con los manguitos de los vehículos), que rodean la cabeza del húmero y que desempeñan una función muy importante en la movilidad del hombro y en su estabilidad. Situado en la parte superior del hombro se encuentra el tendón del supraespinoso, el más conocido por la gran concentración de lesiones que presenta y que van desde problemas inflamatorios hasta la rotura del mismo.

Las actividades físicas y deportivas que realizamos a diario, así como el paso de los años, desgastan y pueden lesionar estos tendones hasta incluso provocar su rotura. En este contexto juega un papel fundamental el desplazamiento de la escapula en la movilidad del hombro, que si es inadecuada puede acelerar el desgaste de los tendones del manguito rotador acelerando los procesos de ruptura estos tendones.

Las lesiones de los tendones del manguito rotador representan unas de las patologías más frecuentes del hombro. Un buen diagnóstico a tiempo permite que, con medidas terapéuticas como el reposo, analgésicos y rehabilitación, conseguir recuperar la función normal del hombro. La rotura de los tendones del maguito rotador es una de las lesiones más graves, que precisa intervención quirúrgica generalmente por va artroscópica. Si la rotura no es total, “estamos utilizando parches bioinductivos de colágeno, que favorece la reparación y restablece la normal anatomía del manguito rotador”, señala el doctor Néstor Zurita, jefe de Traumatología de Quirónsalud Alicante, Elche y Gran Alacant, y miembro de los Servicios Médicos de la Real Federación Española de Natación.

Si la rotura es irreparable, son necesarias técnicas quirúrgicas reconstructivas, “que serían las transferencias tendinosas, donde somos capaces de movilizar un tendón sano de otra localización cercana hasta el lugar donde tenemos el tendón irreparable, de modo que el tendón nuevo puede realizar la función que el tendón dañado ha dejado de realizar”, añade el traumatólogo.

El hombro congelado o capsulitis adhesiva es otra lesión habitual, que sucede cuando la cápsula y ligamentos de la articulación se contraen, provocando rigidez, limitación de la movilidad y mucho dolor. La rehabilitación suele ser el tratamiento más adecuado y eficaz en estos casos.

Las fracturas de hombro suceden como consecuencia de traumatismos y pueden provocar fenómenos degenerativos de la articulación como la artrosis. En estos casos, si no se diagnostica a tiempo, el tratamiento consiste en la colocación de una prótesis de hombro. “El origen de la patología de hombro es muy diverso. La gran mayoría se debe a procesos degenerativos en pacientes de edad avanzada como consecuencia de roturas evolucionadas de los tendones del manguito rotador del hombro que desencadenan fenómenos artrósicos”, explica el doctor Néstor Zurita. En pacientes de edad avanzada que sufren una rotura habitual, se puede realizar una reconstrucción capsular para reforzar la parte superior del hombro y así evitar el desgaste de la articulación y, por lo tanto, de la artrosis que, a la larga, requeriría la implantación de una prótesis.

Cualquier trabajo, actividad física o deporte que implique un esfuerzo con el hombro, que requiera movimientos repetitivos o haya que elevar los brazos por encima de la cabeza puede provocar una lesión de cualquier estructura de esta articulación y, por supuesto, caídas con traumatismo directo o indirecto en el hombro. “De cara al buen tiempo aumenta la práctica de deportes acuáticos en los que se pueden producir sacudidas bruscas en el hombro, como el kitesurf, windsurf, etc., que pueden provocar lesiones de hombro. Las caídas en general y de bicicleta en particular, así como de patines o motos, también pueden lesionar esta articulación”, añade el traumatólogo.

Por eso es muy importante una buena preparación física, para reducir al mínimo los riesgos de lesión tanto por exceso de uso como por sobrecarga. La recuperación, después de una intervención para recuperar la movilidad del hombro, suele ser de entre tres y seis meses, según la lesión.